Moscú, 4 sep (RHC-PL) La Cancillería rusa calificó como actos vandálicos los violentos registros realizados por servicios de seguridad estadounidenses a su consulado en la ciudad californiana de San Francisco y a otras dos oficinas.
El vicecanciller ruso, Serguéi Riabkov indicó que la irrupción el sábado último por oficiales del Buró Federal de Investigaciones (FBI) en esa sede consular así como en los locales de misiones comerciales en Washington D.C. y Nueva York fueron acciones indignantes que pueden ser tipificadas como 'vandalismo de Estado'.
En declaraciones a la agencia RIA Novosti Riabkov expresó que su país no dejará sin respuesta las nuevas provocaciones estadounidenses.
Un video divulgado por la Cancillería rusa a través de las redes sociales muestra imágenes de agentes del FBI inspeccionando las oficinas del consulado general ruso en San Francisco.
Por su parte la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, María Zajárova, señaló que con tal proceder, al apoderarse por la fuerza de esas instalaciones diplomáticas, las autoridades estadounidenses protagonizaron actos abiertamente hostiles, violatorios del derecho internacional.
Zajárova indicó que esas acciones semejaban el 'asalto de una banda' y afirmó que las mismas constituyen una 'provocación de alcance mundial'.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia convocó al número dos de la embajada de Estados Unidos en Moscú, Anthony Godfrey, para presentarle una nota de protesta formal.
La Cancillería rusa emitió un comunicado donde manifiesta que el desalojo de las instalaciones diplomáticas resulta un 'acto directo de hostilidad' y exhorta a Estados Unidos a devolver esas oficinas 'de forma inmediata'
Esta acción de la administración del presidente norteamericano, Donald Trump, surge como parte de una escalada, tras la aprobación de nuevas sanciones económicas contra Moscú.
A fines de julio el Gobierno ruso decidió reducir a 455 el personal diplomático de Washington en el país, misma cifra con que cuenta Rusia en Estados Unidos, pero que significó la salida de unos 755 funcionarios norteamericanos.