Moscú, 16 mar (RHC) Las autoridades rusas abrieron una investigación por el intento de asesinato de Yulia Skripal, quien resultó herida grave en el ataque con gas tóxico contra su padre, el exespía Serguéi Skripal, el pasado día 4 en Londres.
El mencionado ataque contra los Skripal ha permitido al Reino Unido y otros países occidentales crear un gran escándalo en torno al intento de asesinato, acusando sin pruebas al gobierno ruso por tal hecho.
El Comité de Investigaciones ruso anunció paralelamente otra pesquisa por el asesinato de Nikolai Glushkov, quien apareció misteriosamente muerto en su casa en Londres el pasado día 12.
Glushkov era ex vicedirector general de la aerolínea rusa Aeroflot y había recibido asilo en el Reino Unido después de haber cumplido condena en Rusia por lavado de dinero y fraude.
Entretanto, el ministro de Asuntos Exteriores Serguei Lavrov denunció una campaña difamatoria sin precedentes contra Rusia bajo el argumento, sin presentar pruebas, de un supuesto ataque químico contra el doble espía Serguei Skripal, en el Reino Unido.
Las autoridades británicas violan lo establecido en la Convención de Prohibición de Armas Químicas, de la cual forman parte, en lo relacionado con el derecho de la parte acusada del empleo de esas armas de contar con todos los datos para argumentar tal decisión, declaró Lavrov.
Tras asistir aquí a una reunión con su similares de Irán y Turquía, el funcionario ruso recordó que su país envió en varias ocasiones pedidos oficiales a Londres sobre el caso del excoronel de la Dirección de General de Inteligencia, conocida aquí como GRU.
En otras ocasiones, recordó, Londres al menos se atrevió a llevar el caso a juicio, como ocurrió con Alexander Litvinienko, quien, se afirma, fue envenenado con una sustancia reactiva, aunque cuando la parte rusa solicitó detalles, la información fue catalogada de secreta, indicó.
La víspera, la vocera de la cancillería rusa, María Zajarova, afirmó que, en ocasiones anteriores, cuando aparecía la más mínima evidencia de la implicación de la inteligencia británica, de inmediato se consideraba el juicio como algo secreto y toda la información era limitada.
Ahora, Lavrov afirma que el gobierno de la primera ministra Theresa May ni siquiera se atrevió a aceptar los pedidos hechos por la oposición en el parlamento británico de, al menos, mostrar los materiales recogidos hasta ese momento para presentar las acusaciones contra Moscú.
En los medios de prensa británicos y estadounidenses se ofrece una información muy simple: a Rusia le pidieron explicación de por qué envenenó a Skripal y Rusia se negó a aceptar que lo hizo. Allí nadie habla de investigación o de pruebas, comentó Lavrov.
Tampoco, afirmó, contamos con información sobre la ciudadana rusa Yulia, la hija de Skripal, quien se encontraba con él en la ciudad inglesa de Salisbury el pasado día 4, cuando ocurrió el incidente.
Por cierto, en Moscú el canal Rossia mostró un reportaje hecho a unos 13 kilómetros de Salisbury, muy cerca de los laboratorios para la elaboración de gases neuro-paralizantes, instalado allí desde hace varias décadas, un lugar donde solo se puede pasar con un auto en movimiento.
Sin presentar alguna prueba concreta, la primera ministra británica acusó a Rusia de estar detrás del ataque químico en su territorio y anunció la expulsión de 23 de sus diplomáticos.
Desde el Ministerio británico de Defensa ordenaron a Rusia “callarse y hacerse a un lado”, un lenguaje que Lavrov confiesa nunca había escuchado en las relaciones con su país.
El ministro británico de Asuntos Exteriores, Boris Johnson, acusó directamente al presidente ruso, Vladimir Putin, de ordenar esa operación, algo que parece poner más claro el verdadero objetivo de la campaña de difamación contra Rusia, denunciada aquí por Lavrov.
Casi desde el inicio de las acciones de Londres, a las que se unieron Washington, París y Berlín, Moscú indicó que ello estaba dirigido a crear un ambiente internacional negativo en medio de las presidenciales, en las que Putin busca una reelección por otros seis años.