París, 19 abr (RHC) En varias ciudades francesas se desarrollaron unas 130 protestas, en las cuales decenas de miles de ciudadanos mostraron el rechazo a la política de gobierno del presidente Emmanuel Macron.
En las grandes urbes y en las pequeñas, los manifestantes inundaron las calles en una jornada de demostración interprofesional dirigida a impulsar la “convergencia de luchas”, en momentos en que coexisten huelgas y paros en numerosos sectores sociales como el transporte, la energía, los hospitales, la educación, los jubilados, entre otros.
El líder de la Confederación General del Trabajo (CGT), Philippe Martinez, afirmó que las protestas son un mensaje al jefe de Estado, que mantiene una postura de rechazo a escuchar los reclamos.
“Si el señor Macron piensa que dialogar es llegar con los puntos de vista bien listos, hará falta que revise esa definición”, declaró a la prensa.
Asimismo, enfatizó que “somos portadores del descontento pero también de proyectos alternativos”, ante lo cual exigió la atención de las autoridades.
Diversos líderes políticos se unieron a la movilización como el jefe del movimiento izquierdista Francia Insumisa, Jean-Luc Melenchon, quien participó en las acciones de la sureña ciudad de Marsella.
De su lado, el diputado izquierdista Éric Coquerel denunció que el gobernante “está rompiendo el contrato social” que ha sostenido al país en las últimas décadas. Aseveró que en la actualidad “hay motivos para manifestarse casi todos los días”.
Las demostraciones en las calles coincidieron con la octava jornada de la huelga llevada a cabo por los trabajadores ferroviarios para mostrar el rechazo a la reforma en el sector impulsada por el Gobierno.
A causa del paro, la Sociedad Nacional de Ferrocarriles debió cancelar una parte importante de sus servicios, pues se acogieron a la huelga el 66,4 de los conductores de trenes, el 60,9 por ciento de los controladores y un 30,2 por ciento de los agentes.
Asimismo, los sindicatos del sector anunciaron este jueves la suspensión de la concertación sobre el tema con el Ministerio de Transporte y exigieron dialogar desde ahora con el primer ministro Edouard Philippe.
En numerosas ocasiones, los representantes sindicales lamentaron la poca disposición de las autoridades ministeriales para escuchar sus inquietudes y propuestas, y calificaron las pláticas de fracaso.