Bogotá, 10 oct (RHC) Los colombianos protagonizan multitudinarias marchas en todos los departamentos del país para defender la educación pública y en rechazo a la inequidad social en el país.
Cientos de miles de estudiantes, maestros, sindicatos y ciudadanía se concentraron desde horas tempranas en las calles y parques de las principales ciudades en jornada de movilización, calificada como una de las más grandes de la última década.
Los manifestantes alegan que en los últimos 25 años se ha profundizado la crisis presupuestaria de las universidades públicas y que resulta millonario el déficit para el funcionamiento de las mismas.
La ausencia de la gratuidad reclamada por los 600 000 estudiantes de las 32 universidades públicas, y a la vez los acentuados procesos de privatización de la educación superior, impactaron de forma profunda en el país.
¡Colombia está indignada y nuestro pueblo ha despertado. A luchar y a avanzar¡ expresa el manifiesto del Movimiento Estudiantil Universitario de Colombia que convocó a las marchas de este día.
Con la convicción de que la educación es la herramienta fundamental para zanjar la abismal desigualdad social, moral e intelectual de la nación, el Movimiento Estudiantil Colombiano, nutrido de sueños, vuelve a manifestarse, añade la convocatoria a la movilización.
La ciudad de Cali, en el suroeste colombiano, fue la primera en abrir la jornada de protesta. Luego se le sumaron Boyacá, Barranquilla, Bucaramanga, Pasto, Sincelejo, Pereira, Medellín, Cartagena y Bogotá, entre otras grandes ciudades y capitales de departamentos.
¡Vamos Pueblo¡, ¡Una generación exige lo que se merece¡, ¡Menos guerra y más educación¡, decían algunos de los carteles portados por los jóvenes en esta capital, camino a la Plaza Simón Bolívar donde tienen previsto el cierre de la protesta en Bogotá.
Una vez culminadas las marchas de este miércoles, el Movimiento Estudiantil Colombiano está convocando a un paro nacional para exigir educación pública gratuita y de calidad, como un derecho fundamental que no excluya a los jóvenes de menos recursos.
En Colombia, uno de los países más desiguales de América Latina, solo el 10 por ciento de los jóvenes de los sectores más vulnerables logra ingresar a una universidad pública.