Damasco, 2 nov (RHC) El Ministerio de Exteriores y Expatriados de Siria exigió investigar el tema de
las fosas comunes descubiertas en la provincia de Raqqa, las cuales constituyen una clara muestra de las masacres cometidas por la Coalición dirigida por Estados Unidos.
En cartas enviadas al Secretario General de Naciones Unidas y al presidente del Consejo de Seguridad, la Cancillería exigió una investigación internacional sobre esas acciones continuadas.
Además del uso sistemático de armas prohibidas internacionalmente, como las bombas de fósforo blanco, atacan barrios residenciales de los poblados en las provincias de Deir Ezzor, Raqqa, Hassakeh y Alepo, afirma el documento.
La declaración denuncia que numerosas fosas comunes con más de 8000 cuerpos fueron encontradas recientemente en la ciudad de Raqqa y agregó que la mayoría de las víctimas son niños, mujeres y ancianos.
“Siria llama al Consejo de Seguridad de la ONU a asumir sus responsabilidades en el mantenimiento de la seguridad y la paz internacionales, así como tomar una acción inmediata para frenar los crímenes de la Coalición contra el pueblo sirio e impedir que se repitan”, concluye la denuncia.
Igualmente Siria trabaja en la recuperación del sector de la salud seriamente dañado por la guerra terrorista,con la rehabilitación total del hospital central de la provincia de Homs y el proyecto de otro en la de Sweida.
El hospital del barrio de Al Waer, en la propia cabecera provincial de Homs, presta servicios gratuitos en especialidades de ginecología, obstetricia, pediatría, cardiología, emergencias, hematología, neumología, entre otros.
Destruída en un 70 por ciento, la instalación fue rehabilitada a un costo de dos millones y medio de dólares luego de la expulsión de los grupos terroristas, que la emplearon incluso como centro de interrogatorio y detención hasta fines del 2016.
A su vez, las autoridades y por decreto del presidente Bashar Al Asad comenzaron a levantar las edificaciones de otro hospital con carácter docente y de servicios en la población de Shahba, en la sureña provincia de Sweida.
El sector de la salud sirio fue seriamente afectado por la guerra terrorista impuesta a la nación, con la destrucción casi total de 50 hospitales, el asesinato de más de 600 trabajadores y pérdidas superiores a los mil millones de dólares.
Actualmente, funcionan 90 hospitales, 35 parcialmente y se rehabilitaron 140 instalaciones diversas, con otras 45 en proceso de reconstrucción, de acuerdo con datos del Ministerio de Salud.
Asimismo, funcionan 88 plantas farmaceúticas y que aspiran a llegar a cerca del 95 por ciento de autoabastecimiento, cifra lograda en el 2012.
Por su parte, el ministro del sector, Nizar Yazigi, anunció recientemente que se establecen planes de colaboración con entidades de Rusia, y en las que se incluyen una docena de empresas de esa nación.
En la cooperación reconstructiva de la salud en Siria colaboran Rusia, Irán, la Cruz Roja Internacional y la Media Luna Roja Arabe, entre otras instiuciones nacionales y extranjeras.