Bruselas, 17 ene (RHC) La Unión Europea manifestó seriamente sus preocupaciones sobre la salida de Gran Bretaña sin un acuerdo, lo que puede afectar desde el punto de vista económico a ambas partes.
Ante el temor de un Brexit caótico, el bloque comunitario está dispuesto a aplazar la retirada británica, pero SI existen sólidas garantías de Londres.
A unas 10 semanas de la fecha de la partida, el venidero 29 de marzo, el escenario cobra fuerza en Bruselas, la capital de Bélgica, máxime cuando los británicos todavía no lograron ponerse de acuerdo sobre el tipo de divorcio que podrían aceptar.
La líder conservadora en la Cámara de los Comunes, Andrea Leadsom, anunció que la primera ministra británica, Theresa May, presentará el lunes un plan B sobre el Brexit, el cual será votado el día 29.
Tras el contundente rechazo de los parlamentarios al acuerdo defendido por May para la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), la jefa de Gobierno superó la víspera una moción de censura en su contra y deberá explicar el 21 los pasos a seguir para concretar la separación, así como ofrecer una versión alternativa del convenio.
De acuerdo con Leadsom, ocho días después, los diputados debatirán y llevarán a votación el nuevo documento y la hoja de ruta de la actual administración.
Durante el análisis, pueden ser presentadas enmiendas y, según medios locales, es posible que los parlamentarios soliciten evitar un Brexit sin acuerdo o convocar a un segundo referendo sobre el tema, opciones que también serán discutidas.
Por el momento, May continúa los intercambios con los dirigentes de los principales partidos del país para intentar llegar a un consenso y acabar con la crisis existente.
Sin embargo, el líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, aseguró que no dialogará con la primera ministra si no existe un compromiso de impedir un divorcio sin pacto con el bloque.
Por su parte, formaciones como el Partido Nacional Escocés accedieron a conversar, pero pidieron la inclusión en el debate de una posible prórroga del Artículo 50 del Tratado de Lisboa, el cual dispone el mecanismo a seguir para la separación de la alianza comunitaria.
En tanto, la directiva de los 27 exigió a Londres aclarar sus planes y proporcionar argumentos válidos si decide alargar el Brexit, el cual debía concretarse el 29 de marzo de este año.
Asimismo, la Comisión Europea señaló que continúa los preparativos para los más disimiles escenarios, incluido un divorcio sin convenio.
El martes, 432 diputados británicos votaron en contra del acuerdo firmado con la UE después de casi dos años de negociaciones y solo 202 lo respaldaron, por lo que May fue sometida a una moción de censura impulsada por el Partido Laborista.
La víspera, 325 parlamentarios apoyaron a la jefa de Gobierno, en tanto 306 se pronunciaron en su contra, por lo que dicho recurso fue descartado.
No obstante, dichas cifras reflejan las profundas divisiones internas y el descontento con la gestión de la primera ministra.
Según una encuesta reciente de la firma YouGov, alrededor de un 56 por ciento de los ciudadanos del Reino Unido votaría hoy por continuar en el bloque comunitario, en tanto 44 por ciento continúa apostando por el Brexit.
Lo anterior significa un giro significativo en relación a los resultados del referendo de 2016, cuando el 52 por ciento de los residentes en esta nación respaldó el divorcio.