San José, 11 feb (RHC) Suman hoy ocho las mujeres que aseguran haber sido víctimas de abuso sexual por parte del dos veces expresidente de Costa Rica (1986-1990 y 2006-2010) y Premio Nobel de la Paz 1987, Óscar Arias.
Cual serie de moda y con entrega por capítulo cada vez más tenebroso, la historia de las agresiones sexuales del exmandatario parece no tener final.
La más reciente de las acusaciones proviene de la politóloga argentina, con nacionalidades suiza y estadounidense, Carina Black y publicada este domingo en el diario The New York Times.
Black, quien trabaja en la Universidad de Nevada, en Reno, Estados Unidos, cuenta que en 1998 le correspondió atender a Arias durante una visita como expositor al centro de altos estudios, ocasión en que el expresidente intentó toquetearla y besarla.
Narra la politóloga que cuando se dirigían a una de las actividades subieron a un ascensor, y dentro del mismo, Arias la empujó contra la pared, puso sus manos sobre sus pechos y trató de besarla, pero -apunta- ella lo empujó y le dio una bofetada.
Como no resultó herida, Black afirma que decidió no informar sobre el incidente.
La película comenzó el martes pasado, cuando el Semanario Universidad divulgó una entrevista con la activista Alexandra Arce von Herold, en la que ella indica que un día antes presentó una denuncia penal contra el exmandatario por violación sexual, en suceso ocurrido el 1 de diciembre de 2014, en la casa de Arias.
De acuerdo con Arce, fue hasta la vivienda del expresidente para discutir con él temas de desarme nuclear y al concluir le dio la espalda para recoger sus pertenencias y marcharse, momento en que Arias la tomó por detrás, le agarró sus senos y le introdujo varios dedos en su vagina. La mujer tuvo temor de denunciar, dado el poder que ostentaba el exmandatario.
En menos de 48 horas, otras cinco mujeres revelaron presuntos ataques sexuales sufridos por parte de Arias, desde que era candidato a la presidencia de Costa Rica en los comicios de 1986 hasta este último de la exmiss Costa Rica 1994, Jazmín Morales, que según escrito presentado ante la Fiscalía refiere que los hechos ocurrieron el Jueves Santo de 2015.
Extractos de la denuncia, publicados en la página de Facebook Escri-Viendo, dedicada a noticias de la farándula y el espectáculo ticos, Morales que no conocía a Arias, indicó que el Premio Nobel de la Paz 1987 le mandó una solicitud en esa misma red social y ella lo aceptó. Posteriormente le agradeció por los constantes like de Arias a sus publicaciones.
Morales contó que es amante de la filología española y Arias, al percatarse de eso, le habría dicho que le diera su número de teléfono para regalarle uno de sus libros. Por eso, le pidió el contacto -según la víctima- para ponerse de acuerdo y entregarle el regalo en la casa de Arias, ubicada en el capitalino barrio de Rohrmoser.
La exreina de belleza sostiene que 'cuando yo me iba acercando a la puerta él se puso frente a mí, se atravesó en la puerta que se encontraba cerrada'.
'Yo soy más alta que él, sin embargo, él me agarró de la cabeza, yo andaba el pelo suelto, me agarró, me acercó a la fuerza al cuerpo de él, o sea quedando cuerpo con cuerpo (...) Luego, con una de sus manos me tocó mis senos por encima de la ropa y luego me dio un beso en la boca en contra de mi voluntad. Yo me quité, me quedé congelada, no sabía que decirle', contó.
La Fiscalía unió en un solo expediente las dos denuncias que, junto a los otros testimonios, obligaron al exmandatario a solicitar su salida temporal del Partido Liberación Nacional, hecho anunciado por la secretaría general de esa agrupación política.
Pero no todo queda ahí, pues la Federación de Estudiantes de la Universidad de Costa Rica le solicitó al Consejo Universitario retirarle el Doctorado Honoris Causa, distinción entregada a personalidades cuyos trabajos o estudios de carácter cultural hayan alcanzado una notable significación e importancia internacional.
Solo resta recordar que el expresidente está pendiente del fallo de una jueza para saber si enfrenta o no un juicio por dos supuestos delitos de prevaricato en el caso Crucitas, una concesión minera a una empresa canadiense declarada de conveniencia nacional, violando disposiciones que prohíben la explotación minera a cielo abierto en Costa Rica.
(Prensa Latina)