Madrid, 10 abr (RHC) El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, rechazó de manera categórica que vaya a reconocer el derecho de autodeterminación de Cataluña ni la celebración de un referendo sobre la independencia en esa región.

En una entrevista concedida a la televisora privada La Sexta, Sánchez ratificó por enésima vez que nunca admitirá el derecho a decidir reclamado por una parte importante de la sociedad catalana y mucho menos una consulta secesionista.

Respondió con un tajante no al ser preguntado si estaría dispuesto a reconocer la autodeterminación de esa región nororiental con tal de mantenerse en el poder, como denuncian el conservador Partido Popular (PP) y el liberal Ciudadanos (Cs).

Pese a las críticas de la oposición de derecha, encarnada por el PP, Cs y el ultraderechista Vox, el mandatario socialdemócrata reiteró su apuesta por el diálogo como la única vía para llegar a una solución del grave conflicto territorial.

A su juicio, el problema en esa próspera comunidad autónoma de 7,5 millones de habitantes no es de independencia, porque nunca se va a producir, sino de convivencia, aseguró.

El también líder del Partido Socialista Obrero Español reveló a La Sexta que, en conversaciones privadas mantenidas con algunos dirigentes separatistas catalanes -que no identificó-, estos le reconocieron que la ruptura con España no es posible.

Sin embargo, les recriminó que defendieran esos postulados hasta llevar a la sociedad catalana a un callejón sin salida, como, en su opinión, ocurrió en Reino Unido con el referéndum sobre el Brexit, el proceso para sacar a ese país de la Unión Europea.

'El referéndum en el Reino Unido ha partido en dos a la sociedad británica', subrayó Sánchez, al establecer similitudes entre el empeño de los partidos independentistas con la autodeterminación y la apuesta de algunas formaciones británicas con el Brexit.

Saben que es imposible la independencia porque 'la comunidad internacional les dio la espalda y no es constitucional', insistió el gobernante, tras llamar a los líderes separatistas a dar la cara y admitir que engañaron a sus ciudadanos.