Beijing, 21 nov (RHC) Una vez más, China mostró disposición de trabajar con Estados Unidos en la concreción de la primera fase de un pacto limitado –aún no redactado- para poner fin a la guerra comercial de más de un año.

Gao Feng, vocero del Ministerio de Comercio, dijo en rueda de prensa que su gobierno está dispuesto a mantenerse en estrecho contacto y comunicación con Washington, pues desea avanzar hacia una solución del conflicto por ser de interés de ambos lados y de la comunidad internacional.

No obstante, enfatizó en que atender las inquietudes claves de las dos partes pasa por tener en cuenta los principios de la igualdad y respeto mutuo.

Gao emitió estas declaraciones mientras medios internacionales de prensa informan sobre la invitación de China a Estados Unidos para efectuar una nueva ronda de pláticas.

Los equipos negociadores de las dos potencias sostuvieron tres diálogos telefónicos luego que en octubre lograron el acuerdo, cuya fase inicial incluye el tema de la propiedad intelectual, los servicios financieros y la tasa de cambio.

El territorio norteamericano canceló el alza tarifaria por 250 000 millones de dólares que preveía aplicar sobre bienes chinos desde el pasado día 21 de octubre, en tanto el gigante asiático aceptó comprarle hasta 50 000 millones de productos agrícolas.

Las partes determinaron poner en marcha mecanismos equivalentes de supervisión para la importación de carne de ave y pescado bagre de China.

Además, la semana pasada la aduana de la nación asiática confirmó el cese de las restricciones al ingreso de productos avícolas de Estados Unidos en su mercado, comprador de casi mil millones de dólares anuales de patas y otras partes de pollo.

Pero en esta jornada volvió el temor sobre un posible estancamiento en las negociaciones, a raíz de que el Senado y la Cámara de Representantes avalaron el denominado proyecto de ley de Derechos Humanos y Democracia de Hong Kong.

Ahora el texto irá a manos del presidente Donald Trump en busca de promulgación, y según fuentes cercanas a la Casa Blanca, el mandatario está dispuesto a firmarla

China rechaza y exige frenar el documento, que pide una evaluación anual de la autonomía de esa zona con la amenaza de imponer restricciones si los resultados son desfavorables.

Además, lo considera una acción injerencista y una violación a las normas básicas de los nexos internacionales que pretende sembrar el caos y socavar la estabilidad de Hong Kong, así como perjudicar el principio de Un país, dos sistemas.