Bagdad, 3 abr (RHC) La tensión entre Irán, Iraq y Estados Unidos volvió a escalar con los recientes movimientos del Pentágono en el país árabe y las respuestas de funcionarios iraquíes e iraníes.
El Mando Central de Estados Unidos (Centcom) anunció que probó su sistema de defensa antiaérea en la base de Ain al-Assad, en Iraq, sin recibir permiso de las autoridades oficiales.
También se registraron vuelos sobre esta capital de helicópteros norteamericanos Chinook, en violación de órdenes gubernamentales de prohibir ese tipo de operación a menos que fuera necesaria.
Horas antes, el Pentágono desplegó en la base en Anbar, oeste de Iraq, el dispositivo antimisil Patriot, también sin la aprobación del gobierno iraquí.
Con anterioridad, el presidente Donald Trump advirtió a Irán contra presuntos planes de ataque de tropas o activos estadounidenses en la nación árabe, al decir que pagaría un precio muy alto.
'Según la información y la creencia, Irán o sus representantes están planeando un ataque furtivo contra las tropas y/o activos estadounidenses en Iraq', suscribió Trump.
Por el lado iraní respondió el jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, mayor general Mohammad Bagheri, quien declaró que, con firmeza y severidad, la república islámica ripostará el movimiento o ataque más pequeño.
Bagheri alegó que el creciente rechazo a la presencia estadounidense en Iraq, constituye una reacción natural popular sin vínculo alguno con Teherán.
Tras el asesinato en Bagdad del general iraní Qassem Soleimani, perpetrado por los norteamericanos, el país de los persas disparó 17 misiles contra la base estadounidense de Ain al-Assad en Iraq y cinco golpearon el cuartel general de la coalición internacional liderada por el Pentágono en Erbil, capital de la región autónoma iraquí del Kurdistán.
La percepción de los analistas vaticina que un segundo episodio de este tipo podría ser mucho más letal y superior en amplitud.