“No importa lo que algunos intenten probar ahora, la Unión Soviética y el Ejército Rojo hicieron la mayor y más importante contribución a la derrota del nazismo”, señala el presidente de Rusia, Vladímir Putin, en un artículo publicado en la revista estadounidense The National Interest en ocasión del 75.º aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi.
En un extenso artículo titulado: “Las auténticas lecciones del 75.º aniversario de la Segunda Guerra Mundial”, Putin recordó que la ya extinguida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) tuvo que asumir el 75 % de todos los esfuerzos militares realizados por la coalición formada en contra del nazismo, liderada por el dictador alemán Adolf Hitler, para hacer frente al Ejército “más fuerte” y “mejor preparado” del mundo, que desplegó en territorio soviético un 80 por ciento de sus tanques y dos tercios de sus aviones, resalta HispanTV.
“Durante el período de la Segunda Guerra Mundial, el Ejército Rojo destrozó 626 divisiones de los países del Eje (conformados por Alemania, Italia y Japón), de las cuales 508 eran alemanas”, afirma el escrito.
El jefe de Estado ruso resaltó que ante estos hechos irrefutables, que fueron decisivos a la hora de derrotar a las poderosas fuerzas del Tercer Reich de Alemania y librar de su yugo a los europeos, es necesario que se revise la historia para que se sepa la verdad sobre el papel desempeñado por la Unión Soviética en el desarrollo del fin de esta contienda mundial. “Estamos luchando por una verdad genuina sobre esta guerra, sin adornos ni blanqueamientos”, declaró en su artículo.
Putin calificó de escandalosa la resolución aprobada por el Parlamento Europeo el 19 de septiembre de 2019, donde señalan tanto a la Unión Soviética como a la Alemania nazi de ser las responsables de la Segunda Guerra Mundial. A su juicio, “todos los países clave” fueron “en cierta medida responsables” del inicio de la contienda.
El primer mandatario ruso reprochó a los europeos por su intento de esconder bajo la alfombra lo que según él llama “la Traición de Múnich”, en alusión al Pacto de Múnich (1938), firmado por el Reino Unido y Francia para apaciguar a Alemania. “La partición de Checoslovaquia fue brutal y cínica. Fue la Traición de Múnich la que sirvió de detonante y convirtió en inevitable la gran guerra en Europa”, y subrayó especialmente la actitud servil de Polonia con Berlín.
A pesar de esta traición, agrega en su texto, el Ejército soviético logró la victoria y liberó Varsovia, Polonia, Belgrado, Viena y Praga, y tomó Berlín, aunque le costó más de 27 millones de personas, una séptima parte de su población. Sin embargo, el dirigente ruso aseguró que Rusia siempre estará agradecida por la ayuda brindada por los aliados en el abastecimiento del Ejército soviético durante la Segunda Guerra Mundial.
Putin alertó de los peligros del “revisionismo histórico” en Occidente, ya que, insiste, la mayor lección de la contienda es la creación de un orden mundial representado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que ha mantenido al planeta al margen de un conflicto mundial durante 75 años e impidió que la Guerra Fría desembocara en la Tercera Guerra Mundial.Por ello, defiende el derecho de veto en Naciones Unidas, que llama “única alternativa a un enfrentamiento directo entre grandes potencias”, y tacha de “irresponsable” las peticiones de anular esa prerrogativa.