La policía de Vacaville instó a cooperar con las acciones de evacuación. Foto: EFE.
Washington, 13 sep (RHC) Las autoridades locales informaron este sábado de tres nuevos fallecidos por uno de los grandes incendios que permanecen activos en el oeste de Estados Unidos, lo que eleva el total de muertos por los fuegos desde mediados de agosto a 28, aunque se espera que la cifra crezca, en tanto sigan las decenas de desaparecidos.
En una rueda de prensa, el sheriff del condado de Butte, Kory Honea, informó de las nuevas víctimas en el fuego de North Complex, uno de los que más ha avanzado en los últimos días en California y que arde en el Norte del estado.
El humo de los incendios, que representa un peligro para la salud de millones de personas, cubría el sábado la costa oeste al tiempo que los bomberos combatían los incendios forestales potencialmente mortíferos que han arrasado poblados y han causado el desalojo de decenas de miles, la más reciente de una cadena de calamidades ocurridas este año.
Para quienes de antemano lidian con la pandemia de coronavirus, las consecuencias económicas resultantes y las evidentes tensiones políticas derivadas de las protestas del movimiento Black Lives Matter y las contraprotestas de grupos de derecha, los incendios añaden un nuevo componente de miseria.
La cifra de muertes por los incendios en los estados de California, Oregon y Washington llegó a 28 y se espera que aumente considerablemente. La mayoría de los fallecimientos ocurrieron en California y Oregon.
El director de manejo de emergencias en Oregon dijo que las autoridades se preparaban para un "evento fatal de gran escala" en caso que se encuentren más cadáveres entre las cenizas. Y el jefe de bomberos del estado renunció tras ser puesto abruptamente en licencia administrativa. El superintendente de la policía estatal indicó que la crisis exigía una respuesta urgente que obligaba un cambio de liderazgo.
Quienes aún tenían sus casas no estaban a salvo en ellas. Medio millón de habitantes de Oregon tenían aviso de evacuación u órdenes de desalojar. Debido a una contaminación del aire en máximos históricos, la población tapaban con toallas los quicios de las puertas para impedir la entrada de humo. Algunas incluso utilizaban mascarillas N95 dentro de sus viviendas.
Algunas comunidades lucían como ciudades bombardeadas de Europa después de la Segunda Guerra Mundial, debido a los inmuebles reducidos a pilas de escombros chamuscados sobre tierra ennegrecida. (Fuente: Cubadebate)