Bahrein y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) firmaron el martes los acuerdos de normalización de las relaciones con Israel en la Casa Blanca y se unieron a Egipto y Jordania, que habían establecido los nexos con el régimen usurpador en 1979 y 1994, respectivamente.
“Lo que pasó en la Casa Blanca probó el colapso de la seguridad nacional árabe (…) Lo que pasó no se basó en el principio de la paz por la paz, sino que se basó en el principio de la paz por el apoyo”, denunció el martes el secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erekat, a la cadena de televisión catarí Al Jazeera.
Las monarquías de Manama y Abu Dabi, de acuerdo con Erekat, de hecho, han reconocido el llamado ‘plan de paz’ que presentó en enero la Administración estadounidense, presidida por Donald Trump, para ceder a Israel las tierras y la soberanía de la Cisjordania palestina.
El futuro Estado palestino, previsto en el mencionado plan, sería un conjunto de ciudades rodeadas completamente por Israel, un Estado desmilitarizado sin ninguna frontera con el exterior ni control sobre su espacio aéreo. Tampoco contaría con bases geográficas para sostener una economía viable, ni con libertad de movimientos ni prerrogativas para presentar denuncias contra Israel o EEUU ante las organizaciones internacionales.