Después de que el presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), Alejandro Domínguez, anunció que la edición número 47 de la Copa América se jugará en Brasil, estalló una oleada de críticas en el segundo país del mundo con más muertos por la pandemia del coronavirus, causante de la COVID-19.
“Con más de 462 000 muertos albergar la Copa América es un campeonato de la muerte. Sindicato de negacionistas: Gobierno, Conmebol y Confederación Brasileña de Fútbol (CBF). Las ofertas de las vacunas se pudrieron en las gavetas, pero el ´ok´ al torneo fue ágil. Es un escándalo”, reprochó Renan Calheiros, relator de la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI).
Calheiros, quien investiga las posibles omisiones del Gobierno del presidente Jair Bolsonaro frente a la pandemia, considera como un “crimen” el proceso que está realizando dicha Administración, ya que, hasta el momento, conforme a las cifras proporcionadas en el portal de estadísticas mundiales Worldometer, 16 547 674 personas han dado positivo al coronavirus en Brasil, de las cuales 462 966 han perdido la vida.
Sin embargo, las reacciones más duras llegaron desde los partidos de la oposición. En Twitter, el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011) urgió al Tribunal Supremo Federal a prohibir la realización del evento.