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Puerto Príncipe, 7 jul (RHC) El asesinato del presidente haitiano Jovenel Moïse deja al país en una incertidumbre, tanto social, política como institucional, advirtió este miércoles el analista Camille Chalmers.
Moïse fue ultimado a tiros esta madrugada en su residencia de Pelerin 5, situado en una de las colinas de la capital, y aún el Gobierno interino dio pocos detalles de los sucesos que conmocionaron al país y mantienen a su población a la expectativa.
Pero la muerte del exmandatario, el quinto asesinado mientras aún ejercía el cargo, agrava la situación de los poderes estatales, debilitados por la 'caducidad' de la Asamblea Nacional (parlamento) a inicios de 2020 y la disfuncionalidad de la Corte de Casación, la mayor instancia judicial del país, tras el fallecimiento de su presidente, René Sylestre.
'Estamos en una situación de mucha incertidumbre, porque el asesinato del expresidente Jovenel Moïse genera mucha confusión, en medio de la paulatina destrucción de las instituciones durante su mandato', dijo el también economista a Prensa Latina.
El experto valora que las principales fuerzas políticas y sociales del país deberán alcanzar un acuerdo, a través de una concertación amplia capaz de garantizar una transición, que no sea controlada por las fuerzas de extrema derecha o el imperialismo, y asegure al pueblo su derecho de expresar las preferencias en términos de proyecto político.
No obstante, ya este miércoles el primer ministro interno Claude Joseph, sugirió que el Gobierno pretende mantener la fecha de las elecciones generales y el referendo previstos para el 26 de septiembre.
De igual manera, se comprometió a trabajar con los aliados y opositores de Moïse por igual. 'Necesitamos a todos y a cada uno para hacer avanzar el país', dijo el titular a la prensa.
Joseph decretó el estado de sitio y un duelo nacional, efectivo del 8 al 22 de julio próximo, para honrar al presidente asesinado.
También, precisó en la ordenanza que la emergencia nacional permitirá a las autoridades realizar registros en el domicilio de cualquier persona, prohibir reuniones y establecer medidas especiales de seguridad cuando la situación lo requiera.
Las calles de Haití, normalmente bulliciosas y con miles de vendedores ambulantes, permanecieron este miércoles semidesiertas, prácticamente sin transportación colectiva.
Un fuerte dispositivo de seguridad controla las entradas de Kenscoff y Morne Calvaire, que llevan a las cercanías de la residencia presidencial.
El Gobierno solicitó ayuda internacional, cerró el aeropuerto y las fronteras terrestres, por las que se presumen salieron del país los 'mercenarios', sugirió el embajador de Haití en Estados Unidos, Bocchit Edmond. (Tomado de Prensa Latina).