Hay épocas y culturas que consideran a la mujer como poco más que una esclava, y si ella no acepta este rol
se reacciona con violencia, e incluso, eso va hasta el feminicidio. (Foto:PL)
Asunción, 30 nov (RHC) El obispo de la localidad paraguaya Ciudad del Este, Guillermo Steckling, defendió este miércoles los derechos de la mujer en su homilía por el novenario de la Virgen de Caacupé, principal fiesta religiosa del país.
“Existe un despertar generalizado en cuanto a la dignidad de la mujer y en todos los lugares se le da espacio en el trabajo, la empresa, la política, la policía, los militares”, expresó el sacerdote católico en el tercer día de conmemoraciones.
Desde hace décadas, deviene legítima la lucha de la mujer por sus derechos, aunque ello ocurre sólo lentamente y con resultados limitados, resaltó Steckling en su elogio sobre la mujer en la vida y su misión de la Iglesia.
La autoridad religiosa invitó a reflexionar sobre el lugar que ocupan las mujeres y reconoció que existe un feminismo sano, “pero también otro que no coincide con la fe y las costumbres cristianas”.
“Hay épocas y culturas –subrayó- que consideran a la mujer como poco más que una esclava, y si ella no acepta este rol se reacciona con violencia, e incluso, eso va hasta el feminicidio”.
Las festividades católicas paraguayas de culto a la Virgen de Caacupé congregaron este año a unos cuatro millones de personas en esa localidad a 50 kilómetros al este de la capital, confirmaron hoy las autoridades.
Los homenajes anuales a la santa (advocación de la Virgen María), también reverenciada como Virgen de los Milagros en lo que constituye la mayor festividad religiosa del país, fueron oficializados en su diócesis de la llamada Villa Serrana.
La Virgen de Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé, también llamada Virgencita de Caacupé, Inmaculada de Caacupé, “Virgen Azul de Paraguay” o, sencillamente, María de Caacupé, está consagrada como la Patrona y Señora Protectora de la República de Paraguay.
El diseño de la figura de la deidad tallada en madera, de unos 50 centímetros, muestra la imagen de rostro ovalado, ojos azules y cabellera rubia, con sus manos unidas en oración sobre el pecho, y viste una túnica blanca y un manto azul celeste, bordados en hilos de oro. (Fuente:PL)