Se estima que más de 50 mil civiles perdieron la vida desde la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) debido a las bombas de racimo.
Washington, 7 jul (RHC) Washington, 7 jul (RHC) El Gobierno de Estados Unidos confirmó este viernes la inclusión de bombas de racimo en un nuevo paquete de ayuda militar por unos 800 millones de dólares con destino a Ucrania, otro espaldarazo al país del este europeo.
Durante una rueda de prensa en la Casa Blanca, el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, dijo que el anuncio oficial se formalizará por parte del Pentágono, y ofreció una explicación de por qué Washington decidió darle al país europeo esas armas.
Kiev lleva meses pidiendo esas municiones a Washington, pese a que más de un centenar de naciones las prohíben debido a los posibles daños que pueden causar a la población civil durante y después de un conflicto los explosivos sin detonar.
El representante permanente de Rusia ante la ONU, Vasili Nebenzia, aseguró la víspera que, de confirmarse las intenciones de la administración de Joe Biden sobre esa entrega, se dará «otro paso hacia la escalada» del conflicto.
Tales municiones, que formarían parte de un nuevo lote de asistencia militar a Kiev, se financiarán, presuntamente mediante la potestad del Presidente de transferir material y servicios de las reservas estadounidenses sin necesidad de la aprobación del Congreso durante una eventual emergencia.
La utilización de las bombas de racimo es un tema que cobró notoriedad a raíz del inicio de la operación militar especial rusa en Ucrania, hace más de un año, pues ambas partes se han acusado mutuamente de su uso.
Tras su adopción en 2008, el tratado sobre la prohibición de este tipo de provisión lo ratificaron 110 países, 13 lo firmaron, sin validarlo aún, y solo 35 se deshicieron de ese tipo de explosivo.
Se estima que más de 50 mil civiles perdieron la vida desde la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) debido a las bombas de racimo.
Referencias de prensa dan cuenta que la población civil, en particular niños en Siria, Yemen, Afganistán, Líbano, países balcánicos y Laos, siguen siendo víctimas de tragedias asociadas a los remanentes de estas municiones. (Fuente:PL)