La Paz, 11 feb (RHC) La presidenta de la Cámara de Diputados de Bolivia, Gabriela Montaño, desmontó, con pruebas fehacientes, la campaña de mentiras y la guerra sucia desatada por la oposición para tratar de dañar la imagen del presidente Evo Morales.

A sólo unos días del referendo constitucional donde se decidirá si el mandatario puede presentarse o no a una nueva contienda electoral, la derecha utiliza todos los medios a su alcance, incluida las redes sociales, para desmoralizar al jefe de Estado e impedir el triunfo del Sí en la consulta popular, informa Prensa Latina.

Están denigrando la política a un nivel sin precedentes, porque como no tienen nada que ofrecer al país, utilizan la guerra sucia, denunció Montaño.

En el programa televisivo Ojo con los medios, la legisladora presentó fotografías de una teniente de la policía que fueron manipuladas para presentarla como Gabriela Zapata, funcionaria de la empresa china CAMCE, con quien el primer mandatario tuvo hace años una relación sentimental.

Ante las denuncias de supuesto tráfico de influencias, la presidenta de la Cámara de Diputados presentó documentos que revelan los cobros de las boletas de garantía a la compañía china por no haber cumplido el compromiso para la ejecución de un tramo del tren eléctrico, lo cual echa por tierra cualquier beneficio.

Montaño denunció cómo en la campaña de mentiras contra el presidente también se han visto afectadas personas que tienen familia y a las cuales se les mella su dignidad.

La presidenta de la Cámara de Diputados afirmó que quienes construyen con esfuerzo y sacrificio el proceso de cambios han derrotado una a una las mentiras de la oposición, a través de la verdad y con la documentación en la mano.

En una reciente conferencia de prensa, el presidente Evo Morales recordó que esos mensajes de desprestigio a su persona siguen la línea y el libreto de Estados Unidos.

Interrogado sobre por qué tanto acoso contra su gobierno, Morales respondió: nunca nos van a perdonar habernos liberado del imperio norteamericano y que estemos mejor política y económicamente, ese es nuestro pecado.