Solicitará Luiz Inacio Lula al congreso de Brasil un plazo de seis meses para estabilizar a la nación

Editado por Nuria Barbosa León
2016-03-24 19:27:29

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Expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva

Sao Paulo, 24 mar (RHC) El expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula pedirá la próxima semana al Congreso de su país un plazo de seis meses para lograr que la nación sudamericana vuelva a la estabilidad.

En la ciudad de Sao Paulo, durante un acto organizado por las seis mayores centrales sindicales brasileñas para respaldarlo, así como a la presidenta Dilma Rousseff, advirtió Lula que lo primordial es evitar un golpe contra la actual jefa de Estado, pues los problemas económicos pueden ser resueltos después.

Con respecto al proceso de interpelación que realiza la Cámara de Diputados en contra de la primera mandataria, reiteró el expresidente brasileño que carece de sustento legal y es una estrategia de la derecha para terminar con el mandato de Dilma Rousseff, sin respetar la voluntad del pueblo.

La víspera, la primera mandataria brasileña expresó que confía en poder lograr el respaldo mayoritario en la Cámara de diputados para derrotar el proceso legal y político con el cual la oposición busca su renuncia.

El exmandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva aseguró ante sindicalistas que ayudará a la presidenta Dilma Rousseff en cualquier circunstancia y anticipó su intención de discutir una política económica que traiga esperanzas.

Se engañan quienes piensan que yo solo voy a ayudar a Dilma si fuera ministro, sostuvo el designado jefe de la Casa civil de la Presidencia de la República, quien se ha visto impedido de asumir el cargo por maniobras judiciales promovidas desde sectores de la oposición.

Lula manifestó a los participantes en el acto, organizado en Sao Paulo por las seis mayores centrales obreras de Brasil para brindarle apoyo, que la jefa de Estado tiene conciencia de la imposibilidad de continuar aplicando una política económica que no permite la generación de empleo.

Cuando se habla de recortes, se habla también de disminuir la capacidad del Estado para invertir, sostuvo el fundador del Partido de los Trabajadores (PT), e insistió en la necesidad de retomar la senda del crecimiento económico del país.

Relató que ya en agosto del pasado año Rousseff lo invitó a integrarse al gobierno, pero no aceptó; ahora acabé cediendo por las propias características del escenario político actual como consecuencia del agravamiento de la crisis, acotó.

El exgobernante se refirió asimismo al proceso de interpelación que lleva adelante la Cámara de Diputados contra la Presidenta y reiteró que el mismo carece de cualquier sustento legal.

Ellos (la oposición) quieren terminar con el mandato de Dilma sin respetar al pueblo ni los resultados electorales de 2014, dijo y luego advirtió que "este país no puede aceptar un golpe" (de Estado).

Lamentó también el clima agitado reinante hoy y enfatizó que "no queremos una sociedad brasileña dividida entre petistas y no petistas, entre rojos y verde-amarillos".

Lula expresó su enojo con el comportamiento de determinados sectores de los medios de comunicación que condenan en sus titulares a las personas sin ser antes juzgadas y, sin mencionar por su nombre a la Red Globo, afirmó que parte de ese odio latente hoy en el país es estimulado por la televisora.

En el acto, las seis mayores centrales sindicales de Brasil aprobaron un manifiesto contra el golpe en curso, en solidaridad con la presidenta Dilma Rousseff y en apoyo a Lula, cuya toma de posesión como ministro-jefe de la Casa Civil también exigen.

El texto subraya que el exdignatario puede contribuir de forma decisiva para solucionar la crisis política e institucional que perturba a la nación y afirma que solo la vía democrática, sin subterfugios o al margen de la Constitución, creará las condiciones para retomar el crecimiento y la generación de empleos.



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