Moscú, 28 mar (RHC) El Ministerio de Defensa de Rusia informó que ese país envió en aviones de la Fuerza Aérea nacional más de 60 toneladas de ayuda humanitaria para la población de Siria.
A través de un comunicado, precisa la cancillería rusa que sobre la región de Deir Ezzor fueron lanzadas cuatro plataformas con paracaídas y las primeras 30 toneladas de insumos de la Sociedad Internacional de la Semiluna Roja, mientras que en Alepo descargaron el resto de la mercancía para abastecer a mujeres y niños.
En esos territorios, bloqueados por terroristas del autodenominado Estado Islámico, más de 200 000 habitantes necesitan alimentos, medicinas, combustible y productos de primera necesidad.
Por otra parte, la víspera, recuperaron el Ejército sirio y la milicia Halcones del Desierto, la ciudad de Palmira, invadida por el grupo extremista desde mayo de 2015.
Los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y de Irán, Hasán Rouhaní, coincidieron en el significado de la victoria del ejército sirio en la liberación de la ciudad de Palmira para la lucha contra el terrorismo en la región.
Durante una conversación telefónica por iniciativa de Moscú, los mandatarios resaltaron los avances de las fuerzas gubernamentales en Siria, con apoyo militar ruso, en la barrida de los grupos terroristas de ese país, indica una nota del Kremlin.
Putin y Rouhaní intercambiaron sobre la problemática siria, con acento sobre todo en los éxitos en el terreno del Ejército y la lucha contra el terrorismo. La liberación de la ciudad de Palmira, uno de los seis sitios en Siria declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad acaparó la atención mediática con gran repercusión en Rusia a distintos niveles.
El presidente ruso en calidad de comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas anunció hace dos semanas la retirada del grueso de las agrupaciones aeroespaciales movilizadas en Siria desde septiembre de 2015 a solicitud de su par Bashar Al Assad.
Una parte de la aviación de combate y técnica militar retornó a los aeródromos permanentes en territorio ruso, pero se mantiene un contingente en la base de Jmeimim, donde funciona el Centro ruso de control del alto al fuego; además de agrupaciones para salvaguardar la seguridad en el enclave naval de Tartus, en las costas del Mediterráneo.
A la sazón el vicecanciller Serguei Ryabkov aseguró que continúan las negociaciones entre las delegaciones de Rusia y Estados Unidos para conciliar un documento común de supervisión del régimen de armisticio que rige en Siria desde el 27 de febrero.
Dijo Ryabkov en entrevista al periódico Izvestia que si Washington demuestra voluntad política pueden hallarse determinadas soluciones. De momento, ante la ausencia de una reacción de la contraparte, el Estado mayor del ministerio de Defensa dispuso el 22 de este mes un monitorio unilateral de la tregua en el país árabe.
Exteriorizó el viceministro la percepción de que Estados Unidos, y en particular la cúpula militar, no está muy interesado en que "nuestros militares tengan la posibilidad de resolver las tareas en correspondencia con las formulaciones realizadas por los comandantes en Jefe de los dos países en la lucha contra el terrorismo en Siria".
Nos recuerda, subrayó Ryabkov, que una vez más Washington no renuncia a costumbres destructivas de dividir a terroristas "buenos" y "malos".
El mando castrense ruso prosiguió este lunes con el plan de retirada de una parte de la aviación de combate desplegada en Siria.
Un avión de transporte militar An-124 transportó a sus bases de dislocación en la Federación a dos helicópteros Mi-24 y un Mi-35 que participaron en la operación de golpes a las posiciones del Estado Islámico.