Lima, 6 abr (RHC) El impacto de una multitudinaria marcha en rechazo a la candidata presidencial favorita en Perú, Keiko Fujimori, mantiene en suspenso los resultados de los comicios generales en ese país, cuya primera vuelta se realizará el próximo domingo.
Aunque la movilización fue convocada por colectivos ciudadanos y no por partidos políticos, la manifestación contó con una masividad de más de 60 000 personas, pocas veces vista en Lima, la capital peruana.
También se efectuaron marchas en rechazo a la aspirante neoliberal en decenas de ciudades del país sudamericano, a las cuales se sumaron a la distancia peruanos emigrados en diversas naciones, varios artistas locales y fotorreporteros.
La hija del expresidente peruano Alberto Fujimori encabeza las encuestas previas al sufragio, mientras el segundo lugar lo disputan su más clara oponente, la progresista Verónika Mendoza y el neoliberal Pedro Pablo Kuczynski.
El cambio de modelo económico neoliberal, planteado principalmente por la candidata progresista Verónika Mendoza, y las promesas de fe democrática de la favorita Keiko Fujimori, destacan en el panorama preelectoral peruano.
Ambas postulantes fueron las principales protagonistas, la izquierdista a la iniciativa y la segunda a la defensiva, en el debate de los 12 candidatos presidenciales, en un criticado formato con intervenciones muy breves.
Mendoza planteó un cambio profundo del modelo económico y de la constitución vigente, del mismo corte que, según confirma una reciente encuesta del Instituto de Opinión Pública de la Universidad Católica, la gran mayoría de los peruanos demanda.
Mendoza, que disputa con tendencia creciente el segundo lugar en las encuestas y el paso a la segunda vuelta tras Fujimori, inició su participación con un saludo en quechua, idioma de los incas que ella es la única que lo habla entre los candidatos.
Destacó los graves problemas económicos producto de la caída de los precios de los minerales que determina la debilidad y dependencia de la economía peruana, ante lo cual la mayoría de sus rivales plantean solo "ajustes y maquillajes".
Planteó, conforme al sentir ciudadano, un verdadero cambio, un Estado al servicio de la gente, que la defienda de abusos de los monopolios, con créditos accesibles, diversificación productiva, inversión pública y recuperación del control de los recursos naturales, principalmente del gas, para que sirvan al país.
En otro pasaje del debate confrontó punto de vista con el expresidente neoliberal Alejandro Toledo y le preguntó, sin obtener respuesta, en qué se diferencia del también candidato de línea similar Pedro Pablo Kuczynski, con quien Mendoza disputa el segundo lugar en las preferencias ciudadanas.
Resaltó la prioriad que un eventual gobierno suyo dará a la lucha contra la corrupción, que calificó de cáncer que le roba al país y al pueblo oportunidades de mejora y desarrollo, y señaló que se hubiera podido hacer muchas obras con los seis mil millones de dólares robados por el gobierno del padre de Keiko, Alberto Fujimori, preso por ese y otros delitos.
En su intervención, la candidata Fujimori reiteró sus promesas de obras públicas y seguridad ciudadana, principalmente, y defendió la Constitución neoliberal de 1993, a la que dio el mérito del crecimiento económico de las últimas décadas.
Antes de responder una pregunta hecha por el público, Mendoza replicó que ese crecimiento fue un logro del trabajo del pueblo y ratificó la propuesta de cambio constitucional.
Mientras Mendoza cerró su intervención con un llamado a sus seguidores al triunfo electoral pese a la guerra sucia en su contra, Fujimori sorprendió al leer y firmar una lista de promesas de respeto a la legalidad democrática y los derechos humanos.
También prometió luchar contra la anticorrupción y no usar el poder en beneficio familiar, y aseguró que nunca más habrá un 5 de abril, fecha del llamado autogolpe de su padre, en 1992, que cerró el parlamento y asumió el control de los órganos de justicia.
Se refirió así a lo que ella llama "pesada mochila" de lo que paradójicamente es su capital político, el recuerdo del decenio de gobierno de su padre y su estilo de matices paternalistas, cuya evocación motiva sin embargo un fuerte movimiento de rechazo a su elección.
De otro lado, el debate confirmó que no hay contradicciones de fondo de Kuczynski y el cuarto de los sondeos, el centroderechista Alfredo Barnechea, con Fujimori.
También hubo un incidente cuando, en la confrontación por parejas de candidatos, el postulante Fernando Olivera, un viejo crítico del expresidente y otra vez candidato Alan García, que lo increpó enumerando los casos pendientes de corrupción que se les imputan a los dos gobiernos del exmandatario (1985-90 y 2006-11).