Londres, 6 abr (PL) Al menos 21 países y jurisdicciones aparecen señalados en los documentos que desencadenaron el escándalo internacional por los llamados Papeles de Panamá, cuyo origen genera hoy un sinnúmero de cuestionamientos.
Según Wikileaks, la revelación de los textos responde a un acto organizado y financiado por la organización Organized Crime and Corruption Reporting Project (Occrp) y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid).
Al parecer, 140 políticos de 50 países, 12 jefes de Estado y numerosas personalidades están implicadas en las operaciones que registró durante años el bufete panameño Mossack Fonseca, especializado en gestión de patrimonio y creación de compañías offshore.
Aunque muchas miradas apuntan hacia Panamá, grandes potencias, como Estados Unidos, "alojan o apoyan jurisdicciones en las que el secreto o la falta de transparencia es grande", comenta Alex Cobham, de Tax Justice, una red internacional para la justicia fiscal con sede en Londres.
En declaraciones a la BBC Mundo, el analista consideró que 'hay un doble rasero', pues los denominados centros financieros offshore no se encuentran únicamente 'en pequeñas islas con hermosas playas', también existen en países desarrollados.
Espacios mediáticos involucrados con la revelación también cuestionan la poca mención de estadounidenses en los textos filtrados, así ocurre con la publicación Fusion.net., que recoge diversas opiniones sobre el asunto.
Una investigación de Tax Justice calcula que el dinero oculto en los paraísos fiscales del mundo asciende a unos 21 billones (millones de millones) de dólares, por tanto, el escándalo en curso es apenas "una gota de agua en un océano".
Entre los políticos señalados por las prácticas evasivas figura el presidente de Argentina, Mauricio Macri, quien aparece como directivo de dos empresas, una en Bahamas y otra Panamá, mientras su hermano, Gianfranco, supuestamente abrió ocho firmas offshore en ese país centroamericano.
Al decir del experto financiero alemán Ernst Wolff, el caso de los Papeles de Panamá es un intento de redirigir los grandes flujos financieros de distintos paraísos fiscales hacia Estados Unidos.
Consultado por la revista Sputnik, el especialista opinó que esa potencia norteña está tratando de "secar" (vaciar) ciertos paraísos fiscales "para presentarse a sí mismo como el nuevo y mayor paraíso fiscal del mundo".
Anteriormente, Washington logró socavar el principio del secreto fiscal en Suiza, que actualmente está obligada a proporcionar a Estados Unidos los datos de ciudadanos norteamericanos, recordó el estudioso.
Mientras tanto, contrastó, en territorio estadounidense está vigente un secreto bancario ilimitado y los Estados de Nevada, Dakota del Sur, Wyoming y Delaware son "paraísos fiscales absolutos", explicó.
Tras el incidente en curso, estimó, multitud de individuos y corporaciones retirarán sus fondos de las compañías offshore para dirigirlos a territorio estadounidense.