Brasilia, 5 may (RHC-PL) La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, reiteró que en el país se viven momentos decisivos para la democracia y llamó al pueblo a mantenerse unido y no caer en provocaciones, pues la batalla continúa.
"El golpe no se ha consumado, y mi lucha es precisamente contra ese objetivo, pues de ocurrir creo que las consecuencias serían muy graves para la democracia de toda américa Latina, por lo que tenemos que estar atentos a eso", declaró Rousseff en entrevista concedida desde el Palacio de Planalto, en esta capital, a la multinacional Telesur.
La jefa de Estado aseguró que un juicio en su contra no puede llevarse a cabo solo por un recelo político de la derecha de ir en contra de los 54 millones de ciudadanos que votaron a su favor, y se refirió a la imposibilidad de que la encarcelen.
En las condiciones actuales de Brasil sería algo realmente difícil encarcelar a estadistas sin evidencias, sería persecución política, y para eso estamos contando con los diferentes movimientos sociales. Debo destacar que en torno a mi situación se ha producido una gran coalición democrática de apoyo, tanto de partidarios como de críticos a mi gobierno, añadió.
La mandataria recordó que para que se proceda al impeachment, es necesario que haya un delito de responsabilidad y una base jurídica porque los cargos que intentan imputarle no tienen base para alejar a un jefe de Gobierno de su cargo.
"Me están investigando desde hace más de dos años, y aún no encuentran nada que me condene, no me están acusando de un delito de corrupción porque no lo he cometido, no tengo cuentas bancarias en el extranjero, no tengo procesos contra mí por haberme aprovechado o haber sacado ventaja de cualquier aspecto del Gobierno, pero de todas formas yo los invito a que sigan investigando", subrayó Rousseff.
La presidenta brasileña destacó que desde el principio de su segundo mandato, la oposición quedó infeliz por haber perdido esas elecciones, y esa infelicidad se transformó en un intento de alcanzar el Gobierno a través de vías no electorales.
Igualmente recordó que en diciembre de 2015, Eduardo Cunha, destituido hoy de su cargo como presidente de la Cámara de Diputados, fue sometido a una comisión de ética, de la cual necesitaba solo tres votos para no ser condenado, situación ante la cual el diplomático amenazó al partido del Gobierno de abrir un proceso de impeachment si no votaba a su favor.
Finalmente la dignataria se refirió a las consecuencias de que se consume el golpe: mi salida del Gobierno sería un retroceso para los movimientos progresistas en América Latina, pero creo en la lucha, y creo que el continente tiene experiencia suficiente para saber hacia dónde no podemos ir, concluyó.
La comisión especial parlamentaria de la Cámara de Diputados de Brasil aprobó el pasado 11 de abril el juicio político Dilma Rousseff con 38 votos a favor y 27 en contra. La discusión pasó a la plenaria del Congreso, donde se tomará una decisión definitiva.
El plan en contra de la presidenta seguía antes de la votación. Incluso ese mismo día se filtró un audio en el que el vicepresidente de Brasil, Michell Temer, anunciaba la destitución de la mandataria al dar por contado que la Cámara de Diputados aprobaría el juicio político y lo elevaría al Senado.