Quito, 23 jun (RHC) Autoridades de varios países, organizaciones de América Latina y medios de prensa destacan el acuerdo entre el gobierno colombiano y las insurgentes FARC-EP, Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia- Ejército del Pueblo, sobre cuestiones claves para finalizar el conflicto interno en ese país.
En rueda de prensa, en Quito, el secretario general de la Unión de Naciones Sudamericanas, Ernesto Samper, resaltó que el cese bilateral del fuego firmado en La Habana es la antesala de la paz en Colombia, no obstante, advirtió que las partes comenzarán el camino más delicado, que es el proceso de desmilitarización.
Mientras en Bogotá, integrantes de las plataformas Marcha Patriótica y Congreso de los Pueblos, destacaron que el pacto entre el Ejecutivo de Juan Manuel Santos y Las FAR-EP es una de las noticias más relevantes desde el inicio de los diálogos en la capital cubana, y enfatizaron en el compromiso de los representantes gubernamentales para combatir las estructuras criminales en la nación sudamericana.
También en Caracas, medios venezolanos resaltan que el gobierno de Bogotá y el grupo guerrillero lograron un acuerdo sin precedentes, en el que se aúnan los más altos principios y el respeto a los derechos del pueblo colombiano.
También la congresista colombiana Ángela María Robledo manifestó optimismo por la firma del acuerdo entre el Gobierno y las FARC-EP sobre la implementación del cese el fuego bilateral y la dejación de armas, asuntos claves para terminar el conflicto.
Varias generaciones de colombianos ignoramos lo que significa un día de paz, lamentó la representante a la Cámara por el partido Verde, luego de saludar los consensos divulgados en Cuba, los cuales trazan la hoja de ruta para silenciar todos los fusiles y comenzar el desarme de los integrantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP).
Como fue anunciado ambas fases serán supervisadas a través de un mecanismo tripartito, compuesto por representantes gubernamentales, del grupo guerrillero y una comisión política coordinada y financiada por Naciones Unidas (ONU).
La delegación de la ONU estará conformada por observadores no armados de países latinoamericanos y caribeños.
Entre los pactos suscritos destaca, igualmente, el referido a las garantías de seguridad para esos insurgentes y el compromiso del Ejecutivo de combatir las estructuras criminales, incluidas las sucesoras del paramilitarismo, a las que responsabilizan aquí con amenazas y agresiones enfiladas hacia defensores de derechos humanos, líderes comunitarios, campesinos, indígenas y activistas de la izquierda.
Aunque los convenios primeros sobre cese el fuego bilateral y dejación de armas contienen fundamentalmente los modelos, términos o guías para el venidero desarrollo de esas fases, representan la posibilidad del fin de la confrontación con dicho movimiento rebelde.
Se trata, sin dudas, de un camino difícil, pero hoy estamos celebrando la vida, el tránsito hacia un escenario de distensión y con justicia social, enfatizó la legisladora en declaraciones a Prensa Latina.
Robledo es una de las promotoras de la iniciativa Por una paz completa, que busca incorporar al Ejército de Liberación Nacional (ELN) a un proceso de concertación similar al existente ya con las FARC-EP, iniciado en la capital cubana desde 2012.
Al acto de este jueves en La Habana, donde fueron explicados los consensos, asistieron el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, varios de sus homólogos latinoamericanos, el secretario general de la ONU (Ban Ki-moon), entre otras personalidades.
El cese el fuego bilateral y definitivo será efectivo tras la firma del llamado Acuerdo Final, que a juzgar por los progresos de las platicas podría ocurrir en fecha próxima, aclaró la Oficina del Alto Comisionado para la Paz.
Las delegaciones de las insurgentes FARC-EP, Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - Ejército del Pueblo, y del gobierno de Juan Manuel Santos firmaron este jueves en La Habana acuerdos sobre el cese al fuego bilateral y definitivo, la dejación de las armas, garantías de seguridad y la lucha contra las organizaciones criminales.
A través de los convenios ambas partes se comprometen a contribuir al surgimiento de una nueva cultura que sustituya la utilización de las armas con el ejercicio de la política, el debate civilizado y la tolerancia, y pactan el establecimiento de una hoja de ruta para que a más tardar a 180 días después de la firma del acuerdo final se haya terminado el proceso de desarme del grupo guerrillero, entre otros aspectos.
En la ceremonia de rúbrica participaron Santos; el comandante de las FARC-EP, Timoleón Jiménez; como representantes de los países garantes de los diálogos pacifistas el presidente cubano, Raúl Castro, y el canciller de Noruega, Borge Brende, y la primera mandataria chilena, Michel Bachelet, y su homólogo de Venezuela, Nicolás Maduro, en representación de las naciones acompañantes de las pláticas.
Además asistieron al acto el presidente dominicano, Danilo Medina y el salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén; los enviados especiales al proceso de paz colombiano, de Estados Unidos, Bernie Aronson, y de la Unión Europea, Eamon Gilmore, así como el secretario general de la ONU, Ban Ki-mun, y a los titulares de la Asamblea General y Consejo de Seguridad de ese organismo, Mogens Lykketoft y Francois Delattre, respectivamente.