Beirut, 27 jun (RHC) El ejército libanés toma el control del poblado de Qaa y atacó varios campamentos terroristas improvisados en sus inmediaciones, luego de cuatro explosiones suicidas que causaron cinco muertos y 15 heridos, y generaron amplia condena nacional.
Unidades de las Fuerzas Armadas de El Líbano dispararon con artillería pesada contra puestos de los extremistas en las montañas que rodean la localidad del noreste del valle de la Bekaa, donde la pasada madrugada detonaron cuatro cinturones cargados cada uno con dos kilogramos de explosivos.
Efectivos militares también detonaron una granada de mano que no había estallado y que se constató que iba a ser usada por los atacantes, agregó un comunicado de la institución castrense que brindó detalles de la inspección realizada en el lugar por su comandante, el general Jean Qahwaji.
Fuentes de seguridad citadas por la televisión estatal se refirieron a declaraciones de testigos que aseguraron escuchar tres detonaciones antecedidas por gritos de Allahu Akbar (Allah o Dios es el más grande), lo que confirma que los suicidas eran extremistas musulmanes.
Los atacantes hicieron estallar sus cinturones cargados de explosivos en las inmediaciones de una iglesia de la mencionada aldea, ubicada en el noreste del valle de la Bekaa, muy próxima a la frontera con Siria.
El alcalde de Qaa, Bachir Matar, afirmó que se produjeron cinco deflagraciones y describió la situación como "extremadamente peligrosa", mientras el gobernador de la región de Baalbek-Hermel, Bachir Khodr, decretó el toque de queda para refugiados sirios residentes en Qaa y Ras Baalbek.
Khodr indicó que la medida se adoptó ante la delicada situación de seguridad en la referida aldea por la serie de explosiones, aunque evitó responsabilizar directamente a los desplazados sirios con los atentados.
El secretario general de la Cruz Roja Libanesa, Georges Kettaneh, confirmó que hasta el momento las detonaciones de esta noche ocasionaron ocho heridos, lo que eleva la cifra de víctimas en la jornada a cinco fallecidos y 23 lesionados, algunos de gravedad.
Desde el mediodía, el ejército de El Líbano reforzó su presencia en el poblado y disparó artillería pesada contra los extremistas en las montañas que rodean Qaa, uno de los pocos territorios habitados por cristianos griegos en el noreste de la Bekaa, donde predominan los musulmanes chiitas.
Los atentados de la pasada madrugada fueron perpetrados por cuatro suicidas que activaron igual número de cinturones preparados con dos kilogramos de explosivos cada uno, según las primeras pesquisas de peritos judiciales y del ejército libanés.
Efectivos militares también detonaron una granada de mano que no había estallado y que se constató que iba a ser usada por los atacantes, agregó un comunicado de la institución castrense que brindó detalles de la inspección realizada en el lugar por su comandante, el general Jean Qahwaji.
Qahwaji ordenó redoblar las medidas de seguridad a lo largo de los cruces fronterizos con Siria y monitorear a elementos sospechosos, y en una reunión con el arzobispo Elías Rahhal, responsable de la Arquidiócesis Católica Melkita Griega de Baalbek, trasmitió un mensaje de tranquilidad.
Según el jefe del ejército, los militares tienen plena determinación y capacidad para continuar la lucha contra el terrorismo, con independencia de la magnitud del ataque, y recalcó que el terrorismo "no diferencia entre una secta u otra".