La Habana, 15 ene (RHC) Los jóvenes cubanos se alistan para participar en la tradicional Marcha de las Antorchas, que como cada año se realiza para esperar el 28 de enero, día del natalicio del Héroe Nacional cubano José Martí.
Al confirmar la noticia, Susely Morfa González, miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y del Consejo de Estado y primera secretaria del Comité Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), explicó a la prensa que esta vez habrá Marcha de las Antorchas en los 168 municipios del país.
En compacto "avispero" nos lanzaremos a las calles hombres y mujeres, niños, adolescentes, jóvenes, ancianos, trabajadores, combatientes, estudiantes, amas de casa, jubilados y cuantos quieran sumarse, para hacer aún mayor el homenaje al Héroe Nacional, José Martí, puntualizó.
De esta patriótica manifestación, que recorrerá la Isla al unísono poco después de las 10 de la noche del 27 de enero, expresó que será otra inequívoca muestra de respaldo a la Revolución, de un pueblo fiel a sus raíces, orgulloso de su historia, consciente de lo mucho que ha conquistado y seguro del futuro que quiere construir.
Juntos, alzaremos la llama de la vida, la libertad, la justicia y el amor, como ofrenda apasionada al Apóstol de la independencia de Cuba y a su mejor discípulo, Fidel Castro Ruz, inspirador de estas marchas, protagonista de la primera, en 1953, y de tantas otras luego del triunfo del primero de enero, señaló Morfa González.
Llevaremos en el corazón las doctrinas del Maestro y, también, ese concepto de Revolución que, junto a la inmensa obra de estos años, sus ideas y enseñanzas para todos los tiempos, constituyen el legado de nuestro eterno Comandante en Jefe, añadió.
Y claro que no faltará el encuentro de siempre en la escalinata de la Universidad de La Habana, de una multitud fervorosa que, antorcha en mano, iluminará con ese torrente de luz martiana y fidelista el camino hasta la Fragua, destacó la Primera Secretaria del Comité Nacional de la UJC.
Precisó que será esta la primera cita grande de la juventud cubana luego de que el próximo día 25 quede constituido el Comité Nacional Preparatorio de la Antilla Mayor con vistas al XIX Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, que tendrá por sede a la ciudad rusa de Sochi, en octubre venidero.
De ese equipo de coordinación, Morfa González dijo que ha de trabajar para asegurar la participación de Cuba, ante todo "puertas adentro", con acciones que movilicen a los "pinos nuevos" y generen un amplio movimiento político y de masas en todo el país.
La marcha de las antorchas, en memoria del Héroe Nacional José Martí, se realizó por primera vez en la medianoche del 27 de enero de 1953 para esperar el advenimiento del centenario de su natalicio.
Coincidió el centenario del Héroe Nacional con una de las etapas más dramáticas de la vida cubana. Los crímenes cometidos por la tiranía y la persecución a los jóvenes que estaban dispuestos a cambiar el rumbo político de la Isla se hacía cada vez más insoportable.
Frente a las injusticias de la tiranía, la FEU y las clases vivas de la nación comenzaron a crear condiciones para rendir tributo a un hombre que supo entregar su vida en las maniguas por la libertad de Cuba. La universidad se vistió de gala y los estudiantes se reunieron para organizar el homenaje a Martí.
Alfredo Guevara sugirió que podía ser un desfile con antorchas desde la Universidad hasta la Fragua Martiana. La iniciativa prendió enseguida en el grupo, la discutieron con más amplitud, y él opinó además que la proposición debía hacerla una mujer para darle un sentido más emotivo. Conchita Portela era vicepresidenta de la Escuela de Pedagogía y fue la indicada para hacerla en la reunión de la FEU, presidida en esos momentos por Joaquín Peláez. Cuando se planteó la idea del desfile de las antorchas fue unánimemente aceptada.
La tiranía de Fulgencio Batista se negó a concederles el permiso a los jóvenes para que efectuaran la actividad. Sin embargo, la negación no permitió que ellos se acobardaran, sino que siguieron con sus propósitos y convirtieron las antorchas también en armas de defensa, colocándoles clavos, por si eran agredidos por los esbirros batistianos. El desfile en honor al Maestro no fue interrumpido por los soldados del Ejército y todos tuvieron que reconocer que había sido un gran homenaje.