Londres, 9 sep (RHC) La Central de Trabajadores de Cuba, en la voz de su secretario general, Ulises Guilarte De Nacimiento, se hizo presente en la apertura del congreso anual de la central sindical británica (Trades Union Congress, TUC) que sesiona en Brighton, al sur de Reino Unido.
El también miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba, denunció la creciente hostilidad del Gobierno estadounidense y el reforzamiento del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a los cubanos desde hace más de 6 décadas, destaca el periódico Tabajadores.
“El bloqueo provoca privaciones a mi pueblo —manifestó— no permite adquirir insumos, medicamentos y materias primas en compañías norteamericanas, con las consiguientes interrupciones o paralizaciones de las industrias, es el principal obstáculo a nuestros programas de desarrollo, limitando el acceso a fuentes de financiamiento y a la inversión extranjera”.
Singularizó el efecto de las acciones del gobierno de Donald Trump sobre los “trabajadores no estatales en las actividades de cafeterías y restaurantes, arrendatarios de hostales y viviendas, y los que prestan servicios de taxis”, quienes “han recibido daños en sus ingresos y los de sus familias, por el cierre de sus negocios, ante la eliminación de los viajes de cruceros y líneas aéreas con turistas norteamericanos, así como la drástica reducción de las licencias que deben obtener los estadounidenses para viajar a Cuba”.
Reveló que el propósito de esas medidas es “asfixiar nuestra economía, y fracturar la firmeza y el espíritu de rebeldía que fertilizó en nosotros la Revolución. En tan criminal afán no vacilan en ignorar el mandato prácticamente unánime de la Asamblea General de las Naciones Unidas que cada año aprueba el reclamo de su eliminación”.
“Cuba no es una amenaza a la seguridad nacional de los Estados Unidos ni de ninguna otra nación, y continúa defendiendo la proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz”, resaltó y pidió potenciar la campaña Manos Fuera de Cuba, para que el mundo comprenda “la magnitud de esa agresión pérfida, sin límites jurídicos ni éticos”.
(Trabajadores)