La Habana, 28 nov (RHC) Fueron tan grandes el dolor y la injusticia de aquel noviembre, que ni el paso del tiempo es capaz de borrarlos y aún a las nuevas generaciones les sigue convocando la lucha contra la ignominia. Como cada año, estudiantes de las ciencias médicas y de otras carreras universitarias desfilaron tras los pasos de la inocencia de aquellos ocho jóvenes cubanos, asesinados por el colonialismo español un 27 de noviembre, hace 148 años.
Ofrendas florales del General de Ejército Raúl Castro Ruz, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, y de Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de la República, fueron depositadas este miércoles ante el monumento ubicado en la explanada de La Punta.
En representación de los miles de jóvenes que se dieron cita en la escalinata de la Universidad de La Habana, lugar que marcó el inicio de la peregrinación, Adriana Arias Tornés expresó que la juventud cubana marcha con el compromiso imperecedero de nunca olvidar. La estudiante de cuarto año de estomatología evocó a Fermín Valdés Domínguez, para que Cuba repitiera con el amigo de Martí: «De rodillas sobre la tumba de mis hermanos muertos, escribo en la tierra que los guarda este epitafio: inocentes».
Agregó que se rinde merecido tributo a quienes el odio segó la vida, quebró sus proyectos e ilusiones cuando apenas comenzaban a nacer sus sueños en las aulas universitarias. El homenaje alcanzó a la épica de cinco integrantes de la sociedad abakuá, quienes el mismo día intentaron rescatar a los estudiantes de medicina de la muerte, y ellos también fueron víctimas del mismo crimen del colonialismo español.
La peregrinación estuvo encabezada por Susely Morfa, primera secretaria del Comité Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas; y por José Ramón Saborido, ministro de Educación Superior, así como por autoridades del Partido y el Gobierno en la capital.
(Granma)