La Habana, 26 abril (RHC) Cuba constituye un referente de solidaridad para el orbe, afirmó el politólogo vasco Katu Arkonada, al contrastar el compromiso de la isla en el combate mundial contra la Covid-19 con la actitud de naciones más ricas.
Cuba nunca ha regateado cuando se trata de salvar vidas humanas, de lo que pueden dar fe los más de 400 mil profesionales de la salud que han desarrollado misiones en alrededor de 164 países, aseguró Arkonada en un artículo publicado en el sitio digital de noticias Cubadebate.
El también miembro de la Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad, apuntó que si alguien merece el Premio Nobel de la Paz, por encima de quienes apoyan la guerra son las y los médicos cubanos que pese al recrudecimiento del bloqueo económico de Estados Unidos, que impide adquirir medicinas, equipamiento e insumos, la isla ha desplegado 22 brigadas en más de una veintena de países para colaborar con la contención de la pandemia del SARS-Cov-2.
Resaltó, asimismo, el aporte de científicos cubanos en la obtención de nuevos fármacos como el interferón Alfa-2B, que ha sido determinante para contener la propagación del virus y ayudar a la mejora de miles de personas infectadas por el nuevo coronavirus.
Asimismo recordó que en la década de 1960, Fidel Castro comenzó a pensar en un modo de producción basado en la ciencia, una idea acentuada por los rigores del bloqueo estadounidense que provocó que en los años 90 despegara una industria de importantes medicamentos.
Entre esos fármacos destacó la vacuna Pentavalente, que en una sola dosis protege contra la difteria, tétanos, tosferina, Hepatitis B y la Influenza tipo B, así como el CIMAher (nimotuzumab), anticuerpo con el que se tratan tumores avanzados de hasta cinco tipos de cáncer.
Mencionó también el CIMAvax-EGF, única vacuna que combate el cáncer de pulmón, o el Heberprot-P, utilizado en la terapia de la úlcera del pie diabético, y que ha reducido en un 75 % las amputaciones en este tipo de casos.
Este desarrollo médico-científico ha permitido que hoy Cuba tenga una tasa de mortalidad infantil de 4,9 por cada mil nacidos vivos, y una esperanza de vida que supera los 78,66 años, superior a la de Estados Unidos (78,54), y similar a la de cualquier país desarrollado, afirmó.
En un mundo donde se cierran fronteras a las personas y se abren a los capitales, donde la xenofobia impregna nuestras sociedades, donde nos importa más el contagio a los mercados que a las personas, y donde la industria farmacéutica es una de las más poderosas del mundo, Cuba sigue siendo un faro de esperanza, apuntó Arkonada.(PL)