La Habana, 3 jun (RHC) El demandado cambio de política de Estados Unidos hacia Cuba suma hoy voces entre las familias asentadas en las dos orillas con el anhelo de restablecer vínculos.
'Es muy cierto que el presidente Joe Biden prometió durante su campaña revisar la proyección hacia la nación antillana, pero hasta ahora, más de cuatro meses después, no ha hecho nada', aseguró a Prensa Latina el vicepresidente de la organización PazAmor, Carlos Rafael Diéguez.
Las familias padecen aún aquellas disposiciones del Gobierno de Donald Trump que limitan la reunificación y las remesas, la eliminación de los viajes fuera de la capital cubana y otras que afectan a la población de la isla y también a los norteamericanos, mencionó.
Para el país caribeño y sus connacionales en territorio norteamericano, Biden es Trump porque mantiene vigentes las mismas medidas del republicano, dijo el también periodista.
La reciente solicitud de 20 millones de dólares destinados a 'programas de democracia' dirigidos a Cuba dentro del presupuesto de 2022 del actual Gobierno estadounidense, confirma los criterios sobre una lejana normalización con La Habana.
'Es absurdo que a estas alturas el gobierno de Biden haya aprobado esa cifra para la subversión; para eso Cuba sí es prioridad', rechazó el analista.
A juicio de Diéguez, no se avizora ningún cambio sustancial en la política de la Casa Blanca hacia La Habana, sin embargo resulta muy positivo el llamado desde la sociedad civil para frenar el cerco.
La actuación de la comunidad internacional y, en particular, los cubanos asentados en Estados Unidos puede influir muchísimo para una flexibilización, como lo hizo el movimiento mundial por el regreso de los cinco antiterroristas, recordó.
'En este momento las caravanas no son solo en Miami o en ciudades norteamericanas; en esta última edición más de 70 ciudades se incorporaron para llamar la atención a la opinión pública internacional sobre los daños del bloqueo', agregó.
Las relaciones entre ambos países pudieran avanzar mucho más con estos reclamos, así como con el intercambio social, cultural y deportivo, comentó.
'El hecho de entregar las visas a los peloteros para el preolímpico celebrado en Miami es un ejemplo de cómo la Casa Blanca sí puede hacer cambios a profundidad', subrayó.
De acuerdo con el analista, el propio presidente Biden tiene potestad para, de un plumazo, quitar las medidas de la administración Trump y no lo ha hecho.
El hostigamiento comercial y financiero se mantiene como el principal obstáculo para una relación bilateral en este escenario de seis décadas de agresiones.
En esta última etapa, además, el cierre casi total de la embajada en La Habana frena el intercambio con la excusa de los ataques sónicos.
A juicio de Diéguez, los vínculos culturales y la cercanía entre ambos países confirman el interés mutuo de los pueblos.
'Históricamente existe una relación en la música, el deporte, y otras manifestaciones que pueden devenir en un puente de amor para unirlos más', comentó.
Sin embargo, el cerco obstaculiza esos empeños, separa familias y daña tanto al pueblo norteamericano como al cubano de forma absurda, concluyó.
(PL)