París, 13 nov (Prensa Latina) El objetivo de imponer un cambio de gobierno ha marcado desde 1959 la visión de las administraciones estadounidenses respecto a Cuba, una postura a la que Joe Biden da continuidad, consideró hoy el experto francés Stéphane Witkowski.
En diálogo con Prensa Latina, el presidente del Consejo de Gestión del Instituto de Altos Estudios de América Latina precisó que los métodos para buscar esa meta pueden variar, pero el fin sigue siendo el mismo, al margen de si se trate de presidentes republicanos o demócratas.
Barack Obama apostó por un acercamiento a la isla, el llamado “poder blando”, enfocado en desarrollar lazos intelectuales y con la sociedad civil; el mismo objetivo, pero menos visible y menos hostil, mientras con Biden vemos la política tradicional, comentó.
De acuerdo con Witkowski, el financiamiento del Congreso, las transmisiones televisivas, el estímulo a la subversión y la manipulación mediática son componentes de ese propósito planificado, frente a un país que resiste desde hace más de 60 años.
Lo vimos antes, lo vimos recientemente en julio y lo estamos viendo ahora por estos días; nada es casual, todo ha sido bien preparado, el 15 de noviembre es la fecha escogida para la reapertura de las fronteras al turismo, expuso en alusión a la convocatoria promovida en Miami y apoyada por el gobierno norteamericano a marchar en La Habana y otras ciudades.
A juicio del reconocido estudioso sobre temas latinoamericanos, el impacto de la pandemia de la Covid-19, la acumulación de las consecuencias del bloqueo y su recrudecimiento por Donald Trump, y las dificultades económicas, añadieron un nuevo componente al escenario bilateral.
Sin embargo, insistió en que la proyección de Washington hacia la mayor de las Antillas se rige por asuntos de política interna, lo que en el actual contexto estadounidense significa la atención de Biden a las elecciones de medio término del próximo año, ante una mayoría demócrata frágil en el Congreso, que el mandatario aspira a mejorar.
Esa es su prioridad y también su preocupación, no la política exterior ni los vínculos con América Latina y en particular con Cuba, y por tanto busca algún entendimiento con actores con una posición radical anticubana en la Florida y otras partes, incluso dentro de su partido, expresada por el presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, Robert Menéndez, dijo a Prensa Latina.
Para Witkowski, otro elemento a considerar en la política estadounidense es la influencia de los medios, amplificada ahora por las redes sociales, un ámbito de marcada hostilidad hacia la nación antillana y su Revolución.
De cualquier manera, hay desilusión porque Biden prometió un cambio de postura en su campaña y no lo ha cumplido, y durante su gestión se ha mantenido el dispositivo creado por Trump para fortalecer el bloqueo, con más de 240 medidas agresivas y el impulso al factor extraterritorial, advirtió.
El experto francés en relaciones internacionales opinó que habrá que esperar hasta después de las elecciones del 8 de noviembre de 2022 y sus resultados para analizar mejor la conducta de la actual administración respecto a Cuba.
Creo que tal vez para entonces veamos algunas iniciativas relacionadas con la isla, después de todo él fue el vicepresidente durante los mandatos de Obama, y su equipo, a diferencia del de Trump, no está coherentemente estructurado con una visión agresiva hacia el país caribeño, agregó.