Fotos:PL
Ciudad de Guatemala, 18 may (RHC) La Municipalidad capitalina concluirá este sábado la restauración de la Plaza José Martí en Guatemala, con motivo del 129 aniversario de la caída en combate del Héroe Nacional de Cuba.
Estamos realizando un mantenimiento y limpieza a la obra en razón de esa importante conmemoración, explicó en la avenida de Las Américas, el promotor de la Alcaldía Auxiliar de la Zona 13, José Polanco.
La acción, solicitada por la presidenta de la Asociación Cultural José Martí de este país, Ana Cintrón, está a cargo de nuestra Dirección de Medio Ambiente, Parques y Monumentos, acotó en declaraciones a Prensa Latina.
Incluyó la participación de la Cátedra de la Universidad San Carlos de Guatemala que lleva el nombre del poeta de la mayor isla del Caribe y de la Embajada de aquel país.
Cada 28 de enero, natalicio del Apóstol, o 19 de mayo, fecha de su deceso, cubanos y guatemaltecos llegan hasta donde la estatua, cercana a la de otros próceres latinoamericanos, para rendirle homenaje al amigo sincero.
El monumento a Martí quedó inaugurado el 23 de agosto de 2013, después de que en mes y medio el maestro escultor antillano Andrés González y su discípulo Oscar Luis González terminaron la figura de tres metros.
Fue posible, según testimonios, gracias al apoyo de la embajada de Cuba, de la brigada de profesionales de la salud de la isla caribeña en esta nación, de la logia masónica José Martí, así como de los cubanos residentes.
Sobre todo, resaltaron, por la venia final, y toda la autorización, dada por el expresidente (1996-2000) y por la fecha alcalde Álvaro Arzú (2004-2018), quien cedió el espacio.
El reconocido artista chapín Efraín Recinos creó la base de la efigie para sostener una imagen del militar, político y exmandatario (1873-1885) Justo Rufino Barrios.
Luego se tomó la decisión de crear la Plaza Barrios en el centro histórico de esta urbe y la estatua se movió de acá, por lo cual ese espacio quedó vacío.
Descripciones de entonces reseñaron que colocar la efigie de Martí constituyó todo un reto, pero González salió complacido, pues no tuvo ni un rasguño la obra.
«El peregrino humilde», como se autodefinió al llegar a este país centroamericano en 1877, está sobre un pedestal de más de seis metros y cuenta con una armazón de hierro cubierta con cemento y polvo de piedra de las montañas del oriente guatemalteco.
Un Martí con un libro apretado a su pecho junto a una rosa extiende el brazo izquierdo en señal de gratitud, esperanza, merecimiento…
Ese día, hace casi 11 años, también se develó una tarja que tiene grabado uno de los versos del célebre poema La Niña de Guatemala, en el cual el poeta inmortaliza a María García Granados, «la que se murió de amor». (PL)