A sus 32 años Aliuska Elizástigui Masó es el más reciente éxito de la medicina cubana en la oriental provincia de Guantánamo. Residente en Jamaica, municipio Manuel Tames, la joven casi logra su gran deseo: procrear. Había concebido tras cuatro años de intentos, durante los cuales un fibroma impedía el anhelo. Pero esta vez a medio camino del estado gestacional (22 semanas) la anomalía dejaba trunco el sueño de mamá.
Tras realizar la captación en su consultorio médico y los análisis indicados al inicio del embarazo, durante los primeros meses de gestación el abdomen de la joven empezó a crecer de manera inusual. Comenzaron a estudiarla en el policlínico Mártires de Jamaica, hasta trasladarla al Hospital General Docente Dr. Aghostino Neto.
Con el tamaño que había adquirido el abdomen a 5 meses de embarazo, parecía una gestante con exceso de líquido amniótico, embarazo gemelar o un feto muy grande de más de 4 mil 200 gramos, plantea el doctor Juan Alberto Sánchez Rodríguez, especialista en primer grado de ginecología y obstetricia.
Pero ninguno de estos diagnósticos se correspondía con las características que presentaba la joven.
Atenciones urgentes ante lo desconocido:
Remitida desde el área de salud por presumible mioma o fibroma uterino, los primeros exámenes en el Hospital General Doctor Agostinho Neto “confirmaron que además presentaba disminución del líquido amniótico por debajo de los parámetros, lo cual imposibilitaba la supervivencia del feto,” según el Dr. Juan Fernández Masó, especialista en primer grado de ginecología y obstetricia.
Lo más preocupante era el gran volumen de lo que por consenso del equipo multidisciplinario (ginecólogos, cirujanos, urólogos, anestesiólogos, intensivistas y oncólogos) era un sarcoma del útero o cáncer uterino, dada características como el crecimiento rápido de la masa tumoral, que en solo quince días se desarrolló de manera exuberante, algo nunca visto, de acuerdo con profesores con más de 20 años de experiencia.
“La paciente presentaba además una eritrosedimentación alterada, signo de severa infección, además la masa tumoral era tan grande que comprimía el diafragma, uréteres y otros órganos vecinos, que inducía complicaciones respiratorias y renales”, agrega Fernández Masó.
El doctor explica que tras la discusión diagnóstica se decidió la intervención quirúrgica de manera urgente, para garantizar el bienestar materno, algo con lo que coincidía la familia. El feto era imposible salvarlo.
“Realizamos búsquedas bibliográficas en Internet, consultamos al grupo nacional de ginecología y obstetricia y valoramos el caso con el profesor Danilo Nápoles, responsable del programa materno infantil en la zona oriental, a fin de garantizar el éxito de esta intervención quirúrgica sin precedentes en Guantánamo”, detalló el también profesor asistente.
Horas de peligro:
Diez especialistas de diversas ramas de la medicina intervinieron en la compleja operación, que requirió medidas extremas ante la posibilidad de perder a la paciente por paro cardio-respiratorio provocado por efecto vagal (descomprensión brusca del abdomen) al ser extraído el tumor.
Se le realizó una panhisterectomía total con doble vasectomía (extirpación de los órganos reproductores y el feto) por la malignidad del presuntivo tumor uterino. El procedimiento duró dos horas, largas y difíciles, según testimonian los partícipes del acontecimiento.
“La pieza extraída pesó 10 kilogramos, aproximadamente 22 libras, lo que debe pesar un niño al año de nacido y bien nutrido” comenta la ginecóloga Gleydis Gámez Pérez.
Sin embargo, lo que inicialmente se consideró un sarcoma, luego de ser analizado por el departamento de anatomía patológica, resultó un mioma o fibroma gigante de útero, ya en fase de putrefacción, y con severo compromiso para la vida de la paciente.
Para Aliuska saberse sana y salva, tras experimentar la inusitada situación, es la más grande de las bendiciones. Luego de la cirugía para ella comenzó una nueva vida –asegura. Perdió la capacidad de procrear, pero ese vacío lo llenan sus sobrinos y el mucho amor de sus padres y esposo.
Es un privilegio –acotó finalmente- contar con las esmeradas atenciones del personal de salud en el Hospital General Dr. Aghostino Neto, y de servicios médicos gratuitos para todos los ciudadanos de esta Isla.
“Soy un milagro de la medicina cubana, sobre todo de la guantanamera.”