Hospital Manuel Ascunce en Camagüey
Camagüey, 15 nov (RHC) Campañas contrarrevolucionarias no pueden ocultar las acciones de los médicos del Cardiocentro del Hospital Manuel Ascunce en la tercera ciudad más poblada de Cuba, que hoy reorganiza servicios postCovid-19 en su aniversario XXI.
En exclusiva con Prensa Latina, su jefa de grupo, Elizabeth Sellén, nos cuenta sobre la reprogramación del trabajo en un día festivo tras un duro batallar contra la pandemia.
Volvemos a demostrar que Cuba salva vidas, pese a centenares de dificultades y limitaciones provocadas por el bloqueo estadounidense, afirmó.
Un total de 17 especialistas, incluidos seis recién graduados de la Universidad de Ciencias Médicas, en casi más de dos años no dejaron de trabajar, y nos reajustamos con las guardias. Además, expandirnos en tiempos de pandemia fue crucial, añadió.
El centro se especializa en la atención a personas afectadas con cardiopatías isquémicas, la primera causa de muerte en Cuba y el mundo.
De acuerdo con la especialista, fue seleccionado para la habilitación de una Unidad de Vigilancia Intensiva Obstétrica, debido a la situación de emergencia con las embarazadas provocada por la Covid-19.
“Fue una sabia decisión porque el Cardiocentro tiene las mejores condiciones para atender a ese grupo vulnerable y puedo asegurar que dentro pudimos controlar la enfermedad sin rebrotes del virus”, asegura Sellén.
Variantes en la infraestructura hicieron que parte de nuestros especialistas se trasladaran al Hospital Amalia Simoni y no desatendimos personas con otras patologías cardiovasculares como es la enfermedad valvular, la estenosis aórtica y otras como miocarditis, comenta la doctora.
Sellén aseguró que la batalla contra los efectos de la pandemia no ha terminado, pues la Covid-19 más allá de una enfermedad respiratoria, es una afección vascular.
A decir de la entrevistada, cuando el Cardiocentro reabre sus puertas a la atención ambulatoria, ingresos y consultas, “seguimos haciendo todo el esfuerzo que merece el pueblo y buscamos alternativas, a pesar de las limitaciones para importar recursos, incluidos software para nuestros equipos”.
El grupo de especialistas celebra los 21 años de vida de su instalación, enfocado en devolver a la vida útil marcapasos, tras un proceso de esterilización y demás.
«Otras personas los necesitan, así que nos reinventamos cada día por el bien más sagrado que es la salud humana”, enfatizó Sellén.
Este año estuvo lleno de retos para una de las instalaciones más importantes de su tipo en el país, que incrementa su aval científico, tras ser evaluada por la Junta de Acreditación Nacional.
Resultados que nos enorgullecen y demuestran que la salud cubana no termina de reinventarse, concluyó Sellén. (Fuente: PL)