Gardenias para ti, ¿solo dos?

Editado por Martha Ríos
2016-10-17 16:09:44

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Imagen de Archivo

Por Vladia Rubio

Abundan los mensajes sobre el envejecimiento de los cubanos, pero ¿está la subjetividad de la población preparada para lo que viene, lo que ya casi está?

Dijo que se llamaba Gardenia y que no vivía sola, pero que era como si lo estuviera.

Andaba subiendo por la calle Tulipán con un par de burritos –esos bastones de cuatro apoyos para ayudar a caminar-, un tobillo vendado, probablemente a causa de alguna vena mala, una jaba cargada en cada mano, y más de 80 años en el alma y el esqueleto.

Nosotros veníamos calle abajo y lo vimos todo. Vimos cuando el joven, que ya se iba a montar en su auto, la descubrió y se dirigió a ella, preguntándole dónde vivía. Vimos, y oímos cómo le proponía que se esperara, que él la iba a llevar porque aunque era cerca, ella no podría llegar con esa carga y esas piernas.

La ayudamos a subir al carro, sosteniéndole los bastones, las jabas. Fue trabajoso. Y en medio del trámite, le pregunté si vivía sola. Como más de un transeúnte se había detenido porque obstaculizábamos la acera, todos escucharon su respuesta y una mujer del grupo comentó por lo bajo, no tan bajo: “si no vive sola y nadie en la casa la ayuda, sabe dios si es porque ha sido muy mala”.

Hasta a los asesinos en serie que permanecen en prisión se les alcanza un plato de comida, igual a los violadores; al animalito abandonado casi siempre hay quien le pone la sobrita del almuerzo.

Gardenia, no creo que haya sido  una asesina en serie, pero sí tenía aspecto de animalito abandonado, de pajarito moribundo. No importa cómo hubiera sido, había que ayudarla y su familia no lo hacía.

Es muy interesante, y desolador, observar cómo en las calles habaneras abundan las Gardenias. Basta salir cualquier mañanita después que ha abierto la bodega, la placita o la farmacia, para ver a muchos viejitos y viejitas, jaba en mano, luchándose la subsistencia.

Y a veces no es solo la propia sino también para los otros inquilinos de la casa, que fácilmente pueden tener 20 o 30 años pletóricos de fuerza y salud.  ¿Qué está pasando?

No tengo respuesta

Puedo echar mano a los argumentos de otros a quienes he preguntado: “es que la gente trabaja mucho, tiene horarios, y no pueden ponerse a hacer cola”; “es que si no la dejas salir a hacer los mandados, entonces sí se achanta y se muere”, “es que no tienen corazón”.

Ignoro los motivos reales. Para eso –y mucho  más- es que sirven las investigaciones sociales.

Hoy, abundan publicaciones alertando sobre el envejecimiento de la población, informando sobre lo que, en perspectiva,  se hace y se deja de hacer.  

Sé que disponer de toda una infraestructura en función de los ancianos es lo fundamental;  pero haría falta también asomarse al alma de los cubanos para saber cuánto están preparadas,  para hoy y para mañana, en cuestión de cuidar ancianos.

Lo cierto es que para el 2025, uno de cada cuatro habitantes de esta Isla tendremos más de 60 años. Habrá muchas Gardenias y no solo dos, como en el bolero de Isolina Carrillo.

¿Abundarán también muchos como los desentendidos parientes de la anciana, contaremos entonces  con muchos jóvenes como ese que la ayudó?

(Tomado de Cubasí)

 



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