Concierto en el P7 este 20 de Octubre

Editado por Maria Calvo
2016-10-20 11:49:22

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por  Giusette León García

El Día de la Cultura Cubana, un grupo de estudiantes de música, teatro y artes visuales de la Universidad de las Artes tomará, «por las buenas», el capitalino ómnibus P7, desde Centro Habana hasta San Miguel del Padrón...


Si le digo que podrá abordar gratuitamente la ruta que enlaza a los municipios de San Miguel del Padrón y Centro Habana, podría causarle risa o simplemente no importarle, pero si le aseguro que usted pagaría por vivir la experiencia de un P7, durante más de una hora, con todo y cola en el Parque de la Fraternidad, entonces sí que no me lo va a creer.

Pues mire, que en saludo al Día de la Cultura Cubana, por obra y gracia de los estudiantes de la Universidad de las Artes, ese recorrido se convertirá en una experiencia bella, creativa y sin costo. Los detalles los comentó a CubaSí el vicerrector del Instituto Superior de Arte (ISA), Michel Cruz.

—¿Por qué el P7 y qué va a pasar allí este 20 de Octubre?
 

—Queríamos hacer, de manera simbólica, algo que conectara Centro Habana con San Miguel del Padrón, y a nuestros propios estudiantes se les ocurrió la idea de utilizar la ruta del P7, que une a Centro Habana con San Miguel, y desarrollar allí un grupo de acciones artísticas, un poco que cambien la cotidianidad de las personas que habitualmente utilizan esa ruta. Eso va a ser el mismo día 20, el propio Día de la Cultura Cubana. Ya están previstas desde el mismo espacio, la parada donde las personas se reúnen para abordar el ómnibus, un grupo de acciones culturales con nuestros muchachos de teatro, con pasacalles, hasta el propio ómnibus, donde la gente va a ser recibida por jóvenes artistas, va a ser acompañada durante todo el viaje por músicos que van a estar interpretando obras del repertorio de la música de concierto cubana, va a ser recibida por artistas visuales que van a darle algunas de sus obras, o sea, es intentar que durante esa hora y un poco más que dura el recorrido, la gente pueda tener una opción distinta… Eso va a pasar durante todo el día 20…

—¿Es primera vez que realizan algo como esto?

—Esta experiencia la hicimos de manera experimental en el P4, la ruta que va desde el paradero de Playa hasta San Agustín. Allí estuvo, principalmente, un grupo de artistas visuales, estudiantes nuestros, que forman parte de un proyecto que se llama Rosas. Quisimos ver, fundamentalmente, cómo reaccionaba el público con este tipo de acciones. Lo hicimos en esa zona porque nos es próxima a la Universidad, que está cerca del paradero de Playa, y porque ahí abordan el P4 muchos jóvenes que estudian en todo el complejo de escuelas que existen en esa zona hasta llegar a San Agustín: el pre de Playa, la escuela de Química, el politécnico de Informática, o sea, hay muchas escuelas ahí en esa zona del Náutico y tuvo, por supuesto, una amplia aceptación este tipo de acciones que estábamos desarrollando, porque es una opción distinta a la que ellos perciben allí, desde la propia música que habitualmente se puede disfrutar en ese intervalo…

—Me decía que la idea era conectar de algún modo los municipios de Centro Habana y San Miguel, ¿por qué precisamente estas comunidades?

—Nosotros fuimos convocados por el propio Ministerio de Cultura a que el ISA, como el resto de las escuelas de arte, pudiéramos desarrollar algunas acciones en San Miguel y en Centro Habana. Sobre todo en San Miguel, nuestras escuelas de arte han estado bastante desconectadas, quizás por la lejanía geográfica que implica la sede de nuestras escuelas y ese municipio, y también por lo sensible que puede ser el trabajo allí, donde no siempre cuentan con opciones culturales que permitan, desde el esparcimiento, el disfrute, hasta el desarrollo de los propios habitantes de esa zona.

—¿Entonces la del P7 no es la única acción prevista…?

—Vamos a estar desarrollando un grupo de talleres que quisimos agrupar por grupos etáreos, por ejemplo, vamos a iniciar en San Miguel del Padrón un taller de canto coral a partir del repertorio de la música cubana, con personas de la tercera edad, y después nos quedaremos allá, porque también vamos a insertar a los estudiantes nuestros de esa especialidad, que puedan desarrollar allí esos talleres. Vamos a tener un taller de diseño y construcción de títeres, que inicia con la inauguración de la Cátedra Freddy Artiles, en la Casa Antonia Eiriz, del propio San Miguel del Padrón, y que va a ofrecerle a los niños un grupo de habilidades para diseñar y después poder animar su propio títere. Este taller comienza el día 17.

«Tendremos también un taller que está ofreciendo nuestro Centro de Restauración y Conservación para los estudiantes de Bibliotecología de San Miguel del Padrón, el cual les permitirá tener habilidades para poder restaurar libros, sobre todo de las bibliotecas escolares. También vamos a estar presentando los audiovisuales que realizan nuestros estudiantes de la Facultad de Medios».

—¿Tendrán continuidad todas estas iniciativas?

—Creo que lo más importante es que no solo van a ser hechos eventuales, sino acciones que vamos a continuar desarrollando en ese territorio, por lo tanto, estaríamos hablando quizás en la próxima jornada por la cultura cubana de la presentación de los resultados de esos talleres que ahora comenzamos.

—¿Cómo ha sido la reacción, la disposición de los estudiantes para este tipo de acciones?

—Muy buena, porque en primera instancia, fue una idea de los propios estudiantes poder realizar, por ejemplo, la intervención pública en el P7. De hecho, tuvimos que seleccionar quiénes iban, porque no podíamos llevar a la Universidad completa. Además, como ya te explicaba, tenemos otras acciones también que ir desarrollando durante la jornada.

«Yo creo que la disposición es muy buena, porque nuestros estudiantes están acostumbrados a poder hacer representaciones de sus obras no solo en aquellos espacios convencionales, tradicionales; no solo en salas de concierto, en grandes galerías, en grandes museos, sino también en espacios más alternativos, en las propias comunidades, y esta es una experiencia que el ISA no está iniciando en estos momentos, sino que durante 40 años de la Universidad hemos practicado realizar presentaciones artísticas incluso en zonas de difícil acceso, donde no existen las condiciones ideales para poder realizarlas, pero siempre nuestros estudiantes y maestros se han adaptado a esas condiciones, porque lo más importante para nosotros es ese intercambio con el espectador, ese diálogo, esa retroalimentación. Estamos hablando de un proceso de doble sentido: cómo los jóvenes universitarios de arte pueden contribuir al desarrollo de una comunidad y cómo la comunidad puede contribuir al desarrollo de esos artistas en formación».

 

 

(CubaSí)



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