Bayamo, madre joven de 504 años de vida

Editado por Martha Ríos
2017-11-03 15:25:14

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Es la segunda villa fundada en Cuba por Diego Velázquez, el 5 de noviembre de 1513. Foto: Archivo

Por Yasel Toledo Garnache

¡Oh Bayamo!, ¡cuánta historia en tus calles y esquinas, en tus edificaciones más longevas! ¡Cuántos retos y conquistas en tu vida de madre grande, en tus esencias de ciudad mambisa!

Acogiste una de las comunidades más prósperas del archipiélago cuando casi todo era sombras y colonización. A pesar de las complejas situaciones, algunos se preocuparon por ti, y presumías de belleza.

Debes sentir un orgullo inmenso por hijos como Carlos Manuel de Céspedes, el iniciador, el Padre de la Patria; Francisco Vicente Aguilera, definido por José Martí como el Millonario Heroico, el Caballero Intachable; y Perucho Figueredo, autor del Himno, quien fue al fusilamiento cantando su marcha de combate y murió con los ojos abiertos, sin arrepentimientos, el 17 de agosto de 1870, en Santiago de Cuba.

Imaginamos aquellos niños jugando en tu interior, creciendo y soñando, tú los alimentaste, los abrazaste y fuiste testigo de la entereza, voluntad, amor, ideas, madurez patriótica y acciones que los convirtieron en gigantes, llamas eternas.

Octubre de 1868, mes de valor y balas, de púas y machetes convertidos en armas, aumentó tu orgullo. Céspedes lideraba el alzamiento de cientos de hombres en Manzanillo, muy cerca del mar.

Luego de intentar la toma de Yara, aquellos corajudos y otros fueron a tu encuentro, con los ojos llenos de luz y el pecho encendido de dignidad y deseos de liberarte.

Sentiste los disparos, el empuje y la fiereza de quienes te querían bien y encarnizaron duros combates hasta que la guarnición colonialista enseñó bandera blanca.

En ese contexto nació el nombre de Plaza de la Revolución, la primera de Cuba con esa denominación, en el lugar donde estuvo la llamada Isabel II.

Día de gloria y emociones aquel, de un himno retumbando, de mucha alegría y sueños, de una especie de conga y celebración hasta muy tarde.

En enero de 1869 fuiste incendiada por tus pobladores, una decisión tremenda, muestra de la decisión de todo un pueblo. El fuego consumía tu cuerpo repleto de elegancia, los techos caían, las construcciones se volvían negras…, y tus hijos, niños, jóvenes, ancianos, mujeres embarazadas o con pequeños en brazos se iban a la manigua. Día triste y grande, de gloria y amor a un sueño.

Eras más luz, llena de fuego, te convertías en un símbolo eterno, una ciudad antorcha para la eternidad.

Este 5 de noviembre cumples 504 años de existencia. Tal vez, nunca luciste tan joven y llena de vida como en la actualidad, con miles de personas y sonrisas en tus calles y parques, la satisfacción por lo logrado, estrategias para el desarrollo y anhelos de más conquistas.

Espectáculos artísticos, entrega de premios, conferencias y eventos, galas y una asamblea solemne, son favorables para celebrar el aniversario, aunque lo más importante es cuidarte y mimarte e impulsar tu permanente progreso, para que luzcas siempre como una madre joven, llena de esencias.

Lo más hermoso es tu corazón, que no radica en jardines, en barrios principales ni en el Centro Histórico Urbano, lugar emblemático. Está en tu gente, en tu historia, en el amor a ti, a la Patria y a la vida, que son lo mismo.

(Tomado de la ACN)



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