Juana Bacallao y su “aché”

Editado por María Candela
2019-06-08 11:52:24

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Por: Guadalupe Yaujar Díaz

Cumplió sus 94 años en mayo último, y por esa y otras razones, aún hoy es noticia en las redes sociales.

Neris Amelia Martínez Salazar es su verdadero nombre, pero nadie en Cuba la conoce así.   Fue “descubierta” por el compositor cubano y director de orquesta Obdulio Morales, mientras ella, sirvienta por entonces, limpiaba unas escaleras cantando a viva voz.

Corría 1951 y Morales, autor de la famosa guaracha “La culebra”, se detuvo para proponerle una prueba con vistas a integrar la producción “El Milagro de Ochún”, que musicalizaba para el teatro Martí.

Desde ese momento, perdió su nombre de pila y atrás quedó su infancia humilde en la barriada habanera de Cayo Hueso, entonces zona de solares y rumbas.

No realizó estudios formales de música, pero aprendió a tocar el piano y las tumbadoras.

Comenzó así la leyenda de Juana Bacallao, un nombre creado por su “descubridor”, quien escribió para ella una pieza con ese título: “Yo soy Juana Bacallao/Yo soy Juanita Bacallao/La negra que en el bembé/Salpica pa´ no mojar”.

Fiel representante de un género musical en vías de extinción en Cuba, esta mujer de llamativo y excéntrico vestuario, controvertida y de gran imaginación, es creadora de un estilo único que marca la historia del cabaret cubano desde los años 50 del pasado siglo hasta la actualidad.

Las espontáneas ocurrencias y los gestos corporales caracterizan a Juana, una show woman.   El timbre de su voz es áspero, y en el escenario canta como le parece, desafina, olvida o cambia la letra de las canciones.  Es que ella deviene un caso raro y único en la historia del arte vernáculo cubano: todo un espectáculo fuera de lo común.

Realizó presentaciones en importantes plazas de la vida nocturna cubana, como el Salón Rojo del Hotel Capri, el Parisien del Hotel Nacional de Cuba, el Tropicana y el Cabaret Sans Souci.

Compartió escenarios con artistas diversos, como Nat King Cole, Bola de Nieve, Chano Pozo y Benny Moré, y se presentó en países como República Dominicana, España, Estados Unidos, Francia, México, Venezuela y Francia, especialmente en la Opéra-Comique de París, entre otros.

Sin embargo, en su larga carrera no le faltaron incomprensiones, discriminación y escollos; antes de 1959, la televisión estaba vedada para ella.

Continuó actuando en los centros nocturnos, moviéndose por provincias, animando fiestas de carnaval, pero lejos de los órganos de difusión; nada de discos ni de grandes teatros. Sin embargo, Juana Bacallao era conocida, popular, admirada y querida.

Nunca ha dejado de ser ella misma; de ahí que a su nombre artístico le cuelgue, también, el título de “Juana la cubana”.

El pasado año, la popular cantante accedió a grabar junto al compositor e intérprete cubano Jorge Soto Pérez (Papushi) el tema Bailando con Juana, que ha ocupado el primer lugar en varias listas de éxitos en emisoras de La Habana y de otras provincias.

“La canción la escribí en el 2011”, comentó el joven cantante de 32 años de edad.

Cuando se la mostré -rememora-, me dijo: “Yo no canto nada de nadie, solo lo que pienso y lo que se me ocurre, pero el número me gusta y lo voy a grabar”. Y así surgió la idea de homenajear a la show woman de Cuba.

Juana Bacallao posee no pocos reconocimientos, como la Distinción por la Cultura Nacional, la medalla Alejo Carpentier y el Disco de Oro en Canadá.

Por estos días en que la carismática artista arribó con “aché” a sus 94 abriles, atesorando una larga carrera profesional, es bueno reconocer que Neris Amelia dio paso a Juana Bacallao y al orgulloso denominativo de Juana…la cubana.

 

 



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