Fotos: PL
La Habana, 21 dic (Prensa Latina) La defensa de la identidad y la cultura del tabaco y el ron cubanos tuvieron hoy una nueva expresión con otro momento del Balcón del Habano Bayamanaco, proyecto de más de 20 años de existencia.
Sigue siendo esta iniciativa, además, una oportunidad para capacitar al personal de los servicios gastronómicos de las formas del sector estatal y no estatal de la mayor de las Antillas, destacó a Prensa Latina su presidente, Juan Jesús Machín.
Otra vez se unieron involucrados en el mundo del tabaco y el ron como protagonistas de una acción magnífica a favor de consolidar conocimientos sobre dos famosos productos a nivel mundial, agregó el también titular de la Asociación de Sommeliers de Cuba.
En el encuentro de esta tarde-noche, con sede en el restaurante capitalino La Macorina, participaron bartenders, sommeliers, habano-sommeliers, torcedores, comercializadores, guías de turismo y maitres de hoteles.
Junto a la degustación de exquisitos platos, los participantes hicieron maridajes de “extraordinarios habanos” con ron Havana Club, incluidos Selección de Maestros, Pacto Navío y Tributo 2023, del cual se destacaron sus características.
Nos complace acompañar esta edición de final de año del Balcón con nuestro Tributo 2023, último exponente de la Colección homónima, una novedad, precisó Biana Leyva, especialista de Comunicación y Relaciones Públicas de la empresa Havana Club Internacional.
Tributo, que tendrá una nueva versión el año próximo, gana valor en el tiempo, solo se hacen dos mil 500 botellas al año para todo el mundo, y sus bases son raras y de un añejamiento altísimo, recordó.
Según Leyva, ese ron reafirma el sello de excelencia de Havana Club, es muy versátil y permite su maridaje con comidas gourmet de diferentes texturas e intensidad de sabores.
Resulta un honor para la marca acompañar al Balcón y a sus participantes en la maravillosa experiencia de explorar nuestros productos y acompañar diversas vivencias culinarias, agregó.
A juicio de Elliot Medina, encargado de La Macorina, donde son habituales visitantes de México, Italia y España, este proyecto integra a profesionales que se sienten como una familia y aman verdaderamente su trabajo.
