Comienza a calentarse panorama electoral francés

Editado por Maria Calvo
2016-09-30 12:55:19

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por Guillermo Alvarado

Cuando falta poco más de 6 meses para las elecciones presidenciales y legislativas de Francia, el ambiente comienza a calentarse, sobre todo entre los partidos políticos de centro, derecha y extrema derecha, donde existen las mayores posibilidades de disputar el control del Palacio del Elíseo de 2017 al 2022.

Todavía es una incógnita cuál será la alternativa en el centro derechista Partido Socialista, PS, donde el actual presidente François Hollande podría aspirar a la reelección, con escasas posibilidades de lograrlo, por cierto, o nominar a otro candidato, presumiblemente al primer ministro Manuel Valls.

Hollande ha sufrido un acelerado desgaste desde que puso un pié en el Elíseo, sobre todo por la difícil situación económica y el creciente desempleo, problemas que dejará prácticamente como los encontró, cuando no un poco más graves.

Si bien mantuvo una política más dinámica y abierta hacia América Latina y El Caribe, en el Oriente Medio el papel de la actual administración francesa fue un desastre y recientemente Irán responsabilizó a París por la crisis en Siria, así como por la animadversión manifiesta de occidente hacia el presidente Bachar Al-Assad.

Los índices de popularidad de Hollande están en los mínimos y las encuestas señalan repetidamente que si se lanza al ruedo, no pasará de la primera vuelta programada para abril del año que viene.

Manuel Valls lo haría quizás un poco mejor, paro tampoco con él como candidato el PS lograría disputar la presidencia en la ronda definitiva.

Un sondeo del Instituto Francés de Opinión Pública, Ifop, apunta a que la presidencia podría disputarse entre Marine Le Pen, del extremista Frente Nacional, y el ex jefe de Estado Nicolás Sarkozy, de la agrupación de derecha Republicanos, como se llama ahora a la Unión por un Movimiento Popular, con la que gobernó entre 2007 y 2012.

Sarkozy, sin embargo está rodeado de escándalos y denuncias y tiene un empedrado camino judicial por recorrer antes de las primarias de su partido, que serán en dos meses y donde enfrentará al actual favorito Alain Juppé.

El antiguo mandatario recibió esta semana un duro golpe cuando Bernard Squarcini, quien fue su director de los servicios secretos, fue interrogado y formalmente acusado por corrupción y tráfico de influencias. Este funcionario también está implicado en otra investigación para saber si Sarkozy recibió donaciones ilegales provenientes de Libia para su campaña electoral de 2007.

Marine Le Pen tiene en estos momentos el 26 por ciento de intención de votos según el Ifop, el más alto de todos los aspirantes, y tiene grandes posibilidades de ganar la primera vuelta de los comicios, pero en la segunda y definitiva tendría que hacer frente a una gran coalición que tendría como objetivo evitar su victoria.

A pesar del crecimiento del Frente Nacional en los últimos años, aún hay sectores en Francia que temen un gobierno de naturaleza extremista en el país.

La izquierda lamentablemente está en estos momentos aún más fragmentada que hace cinco años, cuando vivió un marcado retroceso y sólo está confirmada la candidatura de Jean Luc Mélénchon, del Partido de Izquierda, si bien se trabaja para lograr una alianza amplia y aspirar a resultado más o menos respetable.



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