Recibe una vez más presidente chino gran acogida en América Latina

Editado por Maite González Martínez
2016-11-18 07:55:02

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Foto/andes.info.ec

Por: Roberto Morejón

El presidente chino, Xi Jinping, inició en Ecuador su tercer viaje a América Latina desde que asumió en 2013, en un reflejo de la importancia otorgada por su país a la región al sur del Río Bravo, convertida en el socio comercial más dinámico del gigante asiático.

No se trata de un nexo coyuntural sino de una estrategia aceptada atinadamente por el subcontinente americano, atendiendo a las ventajas concedidas, al respeto inspirado por este socio y a la pujanza de su economía.

Mientras Estados Unidos insiste en considerar a América Latina como patio trasero, China ventila un nexo de interlocutores en similares ubicaciones, al punto de que el comercio bilateral se alzó hasta 200 mil millones de dólares en los últimos años.

China, que inteligentemente estableció un vínculo con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, se convirtió en el primer mercado de destino de las exportaciones de Brasil y Chile y el segundo de Perú, Cuba y Costa Rica.

Además es el tercer país entre los principales orígenes de las importaciones de América Latina y el Caribe.

NO sólo de comercio hablan los gobernantes chinos con sus pares de Nuestra América, pues un tema recurrente es el de las inversiones.

Más del 80 por ciento de la inversión de China en el subcontinente se concentró en petróleo y minería, con Brasil como principal receptor de capitales, seguido por Venezuela, Argentina y Perú.

Beijing tiene la intención de invertir más allá de las materias primas como es el caso de las infraestructuras, además de situarse entre los más importantes prestamistas financieros.

El canal en construcción en Nicaragua tiene como principal inversionista a una firma de China.

De ese país proceden las inversiones para crear una red ferroviaria a fin de unir a Brasil y Perú a través del Amazonas y otra con vista a cruzar los Andes y enlazar a Chile y Argentina.

Como se aprecia, el beneficio es tangible para China y América Latina.

Para los habitantes de esa última región la aproximación al gigante asiático se logra sin temor a ocupaciones e intervenciones, como ha sido tradicional en la relación agitada con Estados Unidos.

Como contrastes de la nueva época, Xi Jinping llega a América Latina con una cartera de propuestas y proyectos de acuerdos económicos y desde Estados Unidos provienen señales inquietantes.

El presidente electo Donald Trump afirma querer expulsar a millones de indocumentados, muchos de ellos de sus vecinos del sur, y hacerle pagar a México por construir un muro en la frontera.

Para “agradar” a los latinoamericanos, Trump intentó matizar su amenaza y dijo que la valla pudiera tener partes de alambres y NO todas de cemento.



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