Puerto Rico en bancarrota abatido por María

Editado por Jessica Arroyo Malvarez
2017-09-26 11:18:17

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Por Guillermo Alvarado

Las enormes pérdidas causadas en la hermana isla de Puerto Rico por el gigantesco huracán María se convierten en una pesada losa sobre ese pueblo, sumido desde hace meses en la bancarrota debido a las políticas coloniales de Estados Unidos, que además mantiene intervenido al gobierno local y se niega a financiar la abultada deuda pública.

Estimados iniciales señalan que los daños causados por el ciclón podrían ascender a unos 30 mil millones de dólares, aunque aún no todo está cuantificado.

Se trata sencillamente de un monto impagable para una administración con una deuda de unos 75 mil millones de dólares, que rebasa con amplitud su capacidad para hacer frente a sus obligaciones y debió declararse en quiebra con sus acreedores, ante la mirada impasible de Washington que no ha movido un dedo para aliviar esa carga, pero sí se apresuró a incrementar la condición colonial de Puerto Rico por medio de una ley, curiosamente llamada “promesa”, por sus siglas en inglés.

La normativa contempla la creación de una junta interventora para garantizar el pago de los créditos, así sea vendiendo propiedades públicas, bienes nacionales, recursos naturales y cualquier otro tipo de riqueza.

Es decir que cuando María tocó suelo puertorriqueño el miércoles pasado, con vientos destructivos de 249 kilómetros por hora, ya allí había ocurrido un desastre económico, social y político de grandes dimensiones, que no hizo sino profundizarse más con la fuerza del viento, la lluvia y el mar.

No existen recursos para enfrentar las pérdidas, que pueden representar el diez por ciento del Producto Interno Bruto, es decir otro desastre.

En la medida en que se van conociendo los datos sobre la situación, otras malas noticias se van acumulando, como por ejemplo que en los despiadados mercados bursátiles los bonos de deuda de Puerto Rico cayeron a 48,6 centavos por dólar. Dicho de otra forma, si alguien poseía 100 dólares de la deuda, ahora solo valen 48.60 dólares por lo que los propietarios comenzarán a vender desesperadamente para aligerar sus pérdidas.

Esto aleja la posibilidad de que ese pueblo pueda salir de sus deudas, que hoy día son, no sólo moral, sino físicamente imposibles de ser pagadas.

Los expertos señalan también que ante los efectos del huracán y la crisis que se avecina, se recrudezca el éxodo de habitantes hacia Estados Unidos. Desde 2008 más de 400 mil personas abandonaron la isla debido al declive de la economía, lo que formó un círculo vicioso porque al disminuir la mano de obra, el Producto Interno Bruto cae aún más.

Parece un callejón sin salida, pero esta percepción es engañosa. En realidad si hay una salida que numerosos patriotas han perseguido durante décadas. Esta es terminar con la fantasía del “Estado libre asociado”, conquistar la independencia y la soberanía y que Estados Unidos pague una justa compensación por largos años de coloniaje, explotación de los recursos naturales, contaminación de su territorio, como ocurrió en Vieques, y todo tipo de vejaciones sufridas por ese pueblo. Con la libertad y esos recursos, Puerto Rico puede reconstruir su país y dar una vida mejor a sus hijos. Esa, y no otra, es la verdadera solución.



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