Por Luz Marina Fornieles Sánchez

La politización del tema de los presuntos ataques acústicos contra diplomáticos de EE.UU y sus familiares ha servido de pretexto a Washington para la puesta en práctica de un grupo de medidas en contra de la Isla, entre ellas un alerta a los viajeros estadounidenses para que no visiten Cuba.

Pero pese a ellos, los vacacionistas de esa procedencia siguen llegando al vecino país lo mismo por vía aérea que marítima, en una tendencia ascendente a partir de diciembre de 2014, cuando ambos gobiernos comenzaron un acercamiento durante la anterior presidencia de Estados Unidos, solo que la actual- mal asesorada- ha provocado un retroceso en tales nexos.

Y resulta que está comprobado que Cuba es un territorio donde no existen peligros para los veraneantes, sin distinción de nacionalidades.

Cuando las encuestas indagan del  por qué tal elección para su viaje de ocio, los clientes hablan de bellezas naturales, sostenibilidad de la industria sin chimeneas, cordialidad, posibilidad de departir de tú a tú con el pueblo, los niveles de salud y educación, la estabilidad y la seguridad.

Además -y así se admitía en un reciente programa especial en torno a los supuestos ataques sónicos- universalmente Cuba es reconocida como un destino seguro.

El diario Granma, por su parte, se hacía eco de un análisis de la empresa Data World, publicado a inicio del calendario en curso y basado en las advertencias de viajes emitidas por el Departamento de Estado durante los últimos siete años, el cual reveló a la Isla como uno de los países de mayor seguridad para el turismo estadounidense.

De acuerdo a la propia fuente, en ese período, tal instancia gubernamental NO dirigió ninguna de sus advertencias de seguridad para el archipiélago, ni lo contempló en la lista de las 25 naciones más peligrosas para la integridad física de sus ciudadanos.

Así las cosas, en los últimos 24 meses, a partir del proceso de normalización de los vínculos bilaterales, ha crecido la cantidad de veraneantes de esa procedencia y no solo en la capital.

Su presencia comenzó a ser normal, natural, y las cifras hablan por sí solas: solo en lo que va de 2017, se registraron más de medio millón, sin contar las estancias de los cubanos residentes en USA que resultan superiores a los 320 mil.

Con alertas o sin ellas, con estas y otras determinaciones, unas anunciadas y otras en marcha, los vecinos del Norte tienen la opción de seleccionar, claro si entran dentro de las 12 categorías autorizadas, sometidas a mayores inspecciones y cuestionamientos en la era Trump, con el beneficio únicamente de un reducido grupo de la extrema derecha anticubana, encabezada por el senador Marco Rubio, cuya hostilidad va en detrimento de los intereses del pueblo norteamericano, que ha dado muestras de apoyo al restablecimiento de las relaciones mutuas.

El académico Peter Kornbluh, quien ha estado por estos lares en más de 120 ocasiones, criticó que el presidente no quiera permitir a los ciudadanos ejercer su derecho constitucional a viajar a la nación caribeña.

“He trabajado con muchos grupos que han ido a Cuba, y muchos de ellos van porque es uno de los lugares seguros para visitar en todo el orbe, y sigue siéndolo”, expresó el investigador y director del Proyecto de Documentación sobre Cuba en el Archivo de Seguridad Nacional de la Universidad George Washington.

En la misma cuerda de esas declaraciones está  el hecho de que a lo largo de la historia revolucionaria cubana ha quedado demostrado que la Antilla Mayor cumple con rigor sus obligaciones internacionales, incluida la protección de todos los diplomáticos, sin excepción.

La Isla nunca agrediría- agrega Granma- o permitiría el uso de su territorio para afectar a diplomáticos o ciudadanos estadounidenses ni de ningún país del mundo.

Por eso pese a manipulaciones políticas, éste sigue siendo un destino seguro, que de acuerdo a fuentes oficiales fue visitado por más de 3,8 millones de viajeros foráneos hasta el 21 de octubre y las autoridades turísticas mantienen la proyección hasta diciembre de 4,7 millones de visitantes, a pesar también de los estragos provocados por el azote del huracán Irma hace poco más de un mes.

(Tomado de la ACN)