La violencia que provoca el tráfico de armas

Editado por Maite González Martínez
2018-10-08 11:30:44

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Imagen ilustrativa, foto archivo.

Por María Josefina Arce

Uno de los negocios más lucrativos del crimen organizado es el tráfico de armas. Cada año se mueven en el mundo cifras multimillonarias producto de este comercio ilícito, que se ha convertido en un serio problema de seguridad internacional.

El contrabando de todo tipo de armamento sustenta los conflictos bélicos en el orbe y trae aparejado por tanto, un notable incremento de la violencia, asociada también al narcotráfico y a las pandillas.

América Latina es un claro ejemplo de esto. En los últimos años se ha registrado un notable aumento del tráfico de armas, que tiene su epicentro en Estados Unidos. Desde territorio norteamericano se mueven estos pertrechos a los distintos países del área.

De hecho, en repetidas ocasiones el gobierno estadounidense ha sido objeto de críticas por no lograr contener las grandes cantidades de armas que salen de ese país.

Los inmigrantes que cruzan la frontera desde México no solo buscan mejoras económicas para poder sustentar a sus familias, sino que muchos tratan de huir de la violencia de las pandillas y los narcotraficantes, quienes en su mayoría portan armas de fabricación estadounidense.

De acuerdo con un informe de la Universidad de San Diego en 2013, citado por el sitio Cubadebate, el número de armamentos enviados desde Estados Unidos es tan grande que casi la mitad de los vendedores minoristas de esta mercancía en Estados Unidos usa ese negocio para mantenerse a flote.

Las estadísticas refieren que en la última década el tráfico ilícito de armamento ha crecido en América Latina en un 16 por ciento, convirtiéndose en el comercio prohibido más extendido y lucrativo del hemisferio después de los estupefacientes.

Los pertrechos vendidos acaban en las manos de los carteles de drogas de México y de las pandillas en Honduras, Guatemala y El Salvador, países que registran un alto índice de violencia armada.

De hecho, según informes y estudios, en 2016 en una lista de países no afectados por conflictos, los 15 primeros lugares de muertes violentas cometidas con armas de fuego son de América Latina y el Caribe.

México por ejemplo, registró el año pasado la cifra más alta de homicidios en casi 20 años, con más de 31.000 muertos. En los primeros cinco meses de 2018 hubo en promedio 88 homicidios por día.

Para muchos es hora de que se ponga coto a esta situación, con una mayor voluntad política no solo para el control de armas, sino para analizar otras aristas que conlleva este fenómeno cada vez más creciente.

Que numerosos jóvenes se integren a las pandillas está motivado  también por la miseria y la falta de oportunidades. Muchos ven en estos grupos una manera de buscar dinero fácil y entran en este ambiente peligroso, donde portar un arma no es solo sinónimo de amenazas, sino también de defensa.

Es no obstante, un problema bastante complejo, mueve millones y millones de dólares y siempre hay a quienes les importa más llenar sus bolsillos, que las víctimas de un negocio que genera violencia.



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