El horror crece en Yemen

Editado por Maite González Martínez
2019-02-06 09:15:50

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Imagen tomada de Youtube.

Por: Guillermo Alvarado

En Yemen, país que sufre una devastadora guerra encabezada por Arabia Saudita con apoyo de Estados Unidos y otras potencias occidentales, nada parece estar tan mal, como para que no pueda empeorar aún más, de acuerdo con recientes denuncias de nuevas atrocidades contra esa martirizada población.

Al-Yunaid, miembro del denominado gobierno de salvación nacional creado por los rebeldes hutíes, aseguró que la coalición agresora utiliza contra poblados y ciudades armas prohibidas a nivel internacional, incluidas bombas de racimo.

Tales ataques, aseguró, son responsables de la propagación de numerosas enfermedades, como el cólera, sarampión, difteria, gripe y otras afecciones.

Uno de los factores que ha sido señalado por especialistas como clave en la rápida propagación de la epidemia de cólera, considerada como la más grave y extendida del planeta por la Organización Mundial de la Salud, es precisamente la destrucción de la infraestructura sanitaria, la ruptura del sistema de agua y drenajes y la acumulación de toneladas de basura en las calles.

Cientos de miles de personas están hacinadas en campamentos insalubres, carentes de los servicios mínimos indispensables y donde hacen falta medicamentos, comida y personal para atender las ingentes necesidades de la población civil, que es la principal víctima de un conflicto impuesto, que este 25 de marzo cumplirá cuatro años de su inicio.

De acuerdo con el Comité Internacional de la Cruz Roja, en Yemen se está desarrollando la peor crisis humanitaria del planeta, con unos 22 millones de personas que necesitan ayuda para sobrevivir, muchos de ellos al borde de la hambruna.

Además de los bombardeos, combates y enfermedades, contra los habitantes se ceban también las minas que han sembrado ambas partes en conflicto, los hutíes y las tropas leales al presidente Abdrabbuh Mansour Hadi , quien es apoyado por la coalición saudita-occidental.

La organización Médicos sin Fronteras señaló que de cada tres personas heridas por las minas, una es un niño lo que está causando una generación con graves mutilaciones, es decir otro grave problema a largo plazo.

Aunque en diciembre pasado en Suecia se logró un limitado acuerdo de paz, todavía hace falta mucho camino para lograr un cese del fuego efectivo, el intercambio de prisioneros y el desbloqueo del acceso de ayuda humanitaria, indispensable para salvar muchas, quizás millones de vidas.

El drama transcurre ante la indiferencia de gobiernos, grandes medios de comunicación y organizaciones internacionales, cuya reacción ha sido lenta, quizás por tratarse del país más pobre en el mundo árabe.

Yemen no tiene grandes recursos naturales, pero está ubicado en uno de los extremos que enlazan al mar Rojo con el canal de Suez, por donde transitan cada día millones de barriles de petróleo, suficiente razón para desatar el deseo de controlar este estratégico paso por los grandes productores y consumidores de crudo, que es la causa fundamental de esta cruel guerra.



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