Por María Josefina Arce

En su condición de estado insular y su ubicación en la franja tropical del planeta, Cuba es altamente vulnerable a todas las consecuencias del cambio climático, que es hoy una real amenaza para el planeta y la humanidad.

Científicos cubanos han confirmado el ascenso del nivel del mar en nuestras costas, variación del régimen de precipitaciones y de la disponibilidad de agua e incremento de la aridez de los suelos en varias zonas, entre otras consecuencias.

De ahí que minimizar las perdidas humanas y materiales por el cambio climático es una constante preocupación de las autoridades cubanas, que chequean con asiduidad la implementación de Tarea Vida, estrategia del país para hacer frente a ese fenómeno aprobada en 2017 por el Consejo de Ministros.

En los últimos días el presidente Miguel Díaz-Canel evaluó la marcha de ese programa a lo largo y ancho del territorio nacional, en especial en la provincia de Guantánamo, una de las más afectadas por la sequía, y que presenta problemas de desertificación y salinización.

El mandatario cubano reconoció las acciones que se ejecutan en esa provincia del oriente cubano, las que pudo conocer más profundamente durante su reciente visita a ese territorio.

En toda Cuba se adoptan medidas que responden a Tarea Vida, que con una base científica multidisciplinaria da prioridad a 73 de los 168 municipios cubanos, 63 de ellos en zonas costeras y otros 10 en el interior del país.

Durante el pasado año se avanzó notablemente en la implementación de esa estrategia. Se concluyeron 23 proyectos de investigación de gran impacto en el plano ambiental, social y económico.

Se trabajó asimismo, en el mantenimiento y recuperación de las playas arenosas, que presentan de acuerdo con los estudios distintos niveles de erosión.

El esfuerzo desplegado ya es visible y en el mundialmente conocido balneario de Varadero, en la provincia de Matanzas, se han logrado rescatar casi tres kilómetros de la playa.

También se han acometido acciones referidas al uso eficiente del agua; el rescate de las poblaciones de manglares; la conservación de los arrecifes de coral y la reforestación de zonas priorizadas.

Junto a todas esas medidas se han desarrollado innumerables campañas para concientizar a la población sobre el cuidado del entorno y sobre el real peligro que representa para Cuba el cambio climático.

La estrategia cubana, que requiere de inversiones a corto, mediano y largo plazo, señala el camino para hacer frente al cambio climático y preservar la vida de los seres humanos, una especie en peligro de extinción como alertara el líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, en la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro, hace más de 25 años.