Piñera amurallado junto a la derecha radical

Editado por Maite González Martínez
2020-07-30 06:34:41

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Imagen ilustrativa, foto archivo.

Por: Roberto Morejón

El quinto cambio de gabinete durante su segundo mandato evidenció el fracaso del presidente chileno, Sebastián Piñera, en encontrar apoyo a su gestión, caracterizada por la repulsa popular.

Vapuleado por los estallidos sociales iniciados en octubre de 2019 solo truncados por la pandemia desatada por la COVID-19 , a Piñera también lo cuestionan por la respuesta a la crisis sanitaria.

Si bien los casos positivos al virus SARS-Cov-2 comenzaron a declinar, Chile figura entre los países más castigados en la región, con casi 350 mil enfermos y más de 9 mil 200 muertos.

Como derivación de la parálisis productiva, la nación austral afronta una contracción de la economía, sacudida desde 2019 por las protestas públicas contra la desigualdad social y otros males del neoliberalismo.

Como si lo anterior fuera poco, el derechista Primer mandatario y su coalición “Chile vamos” sufrieron un revés recientemente por la aprobación en el parlamento de una ley para permitir la retirada hasta 10 por ciento del dinero depositado en fondos privados de pensiones.

Ante el estupor de un gobernante opuesto a la moción, un sector importante de la coalición oficial emitió sufragios a favor.

Para responder a lo que consideró un desafío, el Primer Mandatario remodeló su gabinete y acogió a exponentes duros de la derecha.

En efecto, el nuevo equipo ministerial defiende las composturas más obstinadas, incluyendo el rechazo a la reforma a la Constitución.

Como se sabe, los chilenos acudirán a un plebiscito en octubre a fin de dirimir la aceptación o NO de reformas a la Carta Magna , considerada una herencia nefasta de la dictadura de Augusto Pinochet.

Por cierto, uno de los principales ministros incorporados al gabinete de Piñera es Víctor González, a cargo de la cartera de Interior, conocido por desempeñarse como alcalde durante la tiranía.

González y otros miembros del equipo rechazan la reforma de la Carta Magna y dialogar con representantes de quienes enarbolan demandas ciudadanas.

Al atrincherarse junto a políticos retrógrados, el Jefe de Estado emite adicionales señales de intolerancia, en momentos en que amplios sectores abogan por acuerdos.

Polarizar más a Chile debe acarrearle mayor repulsa, cuando su popularidad apenas llega a 12 por ciento, el peor índice desde los primeros casos del nuevo coronavirus.



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