Salvando los muebles

Editado por Maite González Martínez
2020-07-30 06:45:29

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Por: Guillermo Alvarado

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está en una desesperada carrera contra el tiempo para rescatar su campaña electoral de cara a los comicios del 3 de noviembre, cuando el promedio de las encuestas de intención de voto lo sitúan detrás de su contrincante, Joe Biden.

No es precisamente que el aspirante por el partido Demócrata apasione a las multitudes, ni mucho menos, pero son tantas las barbaridades cometidas por el jefe de la Casa Blanca que, al final, muchos de sus seguidores lo están abandonando para evitar otros cuatro años de caos.

Trump está jugando sus últimas cartas en busca de un viraje de la opinión pública. En este sentido se interpreta la defensa que hace del uso de fuerzas federales para reprimir a los manifestantes en Seattle y Portland.

En alianza con el fiscal general, William Barr, trata de sembrar en el imaginario popular que quienes protestan son anarquistas, gente enferma, violenta y trastornada. Asegura que de ganar Biden la presidencia, el país se derrumbará y trata de pintarse como el hombre fuerte de la ley y el orden.

A pesar de sus esfuerzos, la tormenta no amaina y se multiplican las marchas contra el racismo y la brutalidad policial y crecen las críticas a las medidas de fuerza impulsadas por el polémico magnate.

El Procurador General de Wisconsin, Josh Kaul, aseguró que con la demonización de inmigrantes, ataques contra comunidades minoritarias, el uso de fuerza contra manifestantes, tanto frente a la Casa Blanca como en Portland, “hemos sido testigos de un presidente empleando tácticas fascistas”.

Otro argumento electoral de Trump es mentir respecto a la pandemia de covid-19. En una conferencia de prensa aseguró que gran parte del país está libre de coronavirus, cuando es precisamente todo lo contrario pues hay 21 estados en la zona roja y se cruzó la barrera de 150 mil muertes.

Tampoco olvida a sus enemigos favoritos, los migrantes. En contra de un dictamen de la Suprema Corte de Justicia anunció que continuará su plan para desmantelar el programa de legalización temporal de quienes llegaron siendo menores de edad a Estados Unidos, el llamado DACA.

Se trata de esfuerzos por salvar los muebles cuando quedan tres meses y cinco días para la votación, consciente de que todavía no lo tiene todo perdido, ni su rival tiene nada ganado.

Estos comicios, recuerden, no se van a definir por el voto a favor de Joe Biden, sino por el que se emita contra Trump, de allí que el tiempo que falta sea de particular importancia, en un país sin mucha cultura política y donde la propaganda es factor casi vital para formar la opinión pública.

Pan y circo, o por lo menos mucho circo, nos esperan amigos.



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