Médicos cubanos en país asolado

Editado por Maite González Martínez
2020-11-10 06:46:18

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Inundaciones y aludes han causado numerosas víctimas mortales en centroamérica. AP.

Por: Roberto Morejón

Como ocurrió hace 22 años cuando médicos cubanos atendieron a damnificados del huracán Mitch, profesionales de la misma nacionalidad están al tanto hoy de la situación de los guatemaltecos afectados por la depresión tropical ETA.

El fenómeno meteorológico, que cruzó Centroamérica también como huracán, dejó destrucción en Guatemala, con más de 310 mil personas afectadas, 33  fallecidas, 10 mil evacuadas y decenas desaparecidas.   

En esa tensión, los médicos de la brigada de Cuba establecida en 16 de los 22 departamentos de Guatemala acudieron en auxilio de los requeridos de asistencia, incluso en hospitales y albergues situados en zonas declaradas en estado de calamidad.

Más de 400 profesionales de la salud asentados en Guatemala gracias a acuerdos suscritos entre los dos países reiteraron su disposición de trabajar en los lugares necesarios.

Los aludidos ya desempeñaban una importante faena en la atención a pacientes aquejados de la COVID-19 .

Para los enviados desde la mayor de las Antillas resulta una misión de alto valor humano y profesional atender a pobladores de un país declarado como el segundo de más alto índice de riesgo de desastres en América.

Los cubanos también estuvieron en primera línea cuando el Volcán de Fuego hizo erupción en 2018.

Ante tal ejecutoria, representantes de la Asamblea Nacional de Comunidades Ancestrales Mayas, Xinkas y Garífunas de Guatemala se pronunciaron recientemente a favor de la continuidad de la misión médica cubana en Guatemala.

Las comunidades recordaron que los colaboradores antillanos trabajan en regiones donde el sistema de salud es escaso y la población vulnerable.

No se trata de un hecho aislado sino de la tónica del llamado ejército de batas blancas.

 Desde el inicio en Argelia en 1963 de la cooperación médica en el exterior, los cubanos han estado junto a sus pacientes en tiempos de paz y zozobra, como en los terremotos en Chile, Perú y Pakistán.

Su bregar estrictamente voluntario con el apoyo del gobierno cubano NO tiene nada que ver con las campañas al uso.

Esos ataques desatados por la administración del estadounidense Donald Trump tratan de infundir la idea de que los médicos antillanos trabajan como esclavos, víctimas de la trata de personas.

Tanta perfidia se estrella contra la abnegación de los valerosos especialistas y la gratitud expresada por sus pacientes.



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