Por María Josefina Arce

Los documentos desclasificados en los últimos días por Estados Unidos corroboran lo que ya era del conocimiento de los colombianos: los vínculos con grupos criminales del expresidente Álvaro Uribe, mentor político del actual mandatario Iván Duque.

De acuerdo con los papeles, Uribe para sus campañas al Senado recibió dinero del cártel de Medellín, del narcotraficante Pablo Escobar.

Desde 1993 data la relación del ex gobernante con los traficantes de drogas, y que ya había salido a la luz cuando se dió a conocer por el Archivo de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos un informe de la inteligencia militar, fechado en 2004, que incluía a Uribe entre las principales figuras del narcotráfico en Colombia, junto a Escobar y el cabecilla paramilitar Fidel Castaño.

En la actualidad Uribe, quien renunció a su puesto en el Senado, guarda prisión domiciliaria preventiva, acusado de fraude procesal y manipulación de testigos, nada que ver con los graves delitos a los que se le asocia.

Uribe tiene un pasado oscuro, su familia está ligada a los traficantes de drogas y a la formación del denominado Bloque Metro, que se integró a la paramilitar Autodefensas Unidas de Colombia, que llevó a cabo múltiples masacres en zonas rurales.

La agrupación está vinculada a asesinatos, desapariciones forzadas, masacres, torturas y violaciones de mujeres.

El escándalo salpica a su delfín Iván Duque, también investigado por posible financiación ilegal a su campaña electoral en 2018 cuando llegó a la Casa de Nariño.

Duque enfrenta ya un complicado panorama por la crisis económica, social y sanitaria por la COVID 19. Los colombianos han mantenido en jaque al gobierno con sus protestas, aún en medio de la pandemia, contra la violencia policial, los múltiples asesinatos de líderes sociales, indígenas, de derechos humanos y ex combatientes de la antigua guerrilla.

La sociedad clama por la real implementación de los acuerdos de paz suscritos en 2016 por el gobierno del entonces presidente Juan Manuel Santos y la otrora guerrillera Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo.

En este año por concluir el partido de gobierno, el Centro Democrático, ha estado en el centro de la tormenta. Gran parte de los colombianos cuestionan al presidente por su relación con la polémica figura de Uribe y su falta de interés en los problemas que aquejan a la sociedad.